El presunto autor de la masacre de El Paso es un cruzado lobo solitario que defiende a su país de la «invasión hispana» con un rifle tipo Ak-47, hijo de un compasivo asistente en salud mental y admirador del presidente Donald Trump y su empeñó por un muro fronterizo con México.
La acción de Patrick Crusius, de 21 años de edad, fue abordada en los primeros momentos por la policía texana de nexos con un potencial crimen de odio, sin embargo, las autoridades federales estadounidenses lo tratan ya como «terrorismo interno».
Empero, un manifiesto de cuatro páginas del cual los investigadores se sienten «razonablemente confiados» que haya sido escrito por quien asesinó la víspera a 20 personas en un centro comercial de El Paso, Texas, apunta más hacia la primera opción.
El manifiesto se encuentra bajo escrutinio de las autoridades, y de lo que se conoce se halló que Crusius respaldó a Brenton Tarrant, quien el pasado marzo ingresó a dos mezquitas de la ciudad neozelandesa de Christchurch y mató en total a 50 personas
Tarrant transmitió en vivo por más de 15 minutos su incursión por la red social Facebook y antes también había publicado el manifiesto de 74 páginas «La gran sustitución. Hacia una nueva sociedad», donde se dice motivado para efectuar su masacre por la alta migración a Nueva Zelandia.
Ahora Crusius, quien en su escrito muestra simpatía por el neozelandés, se refiere al «reemplazo cultural y étnico traído por la invasión hispana» a Estados Unidos.
Pero hace 11 meses el padre del tirador abrió una página en el sitio «GoFundMe» para recibir donaciones en apoyo del músico Eric Keyes, quien fue atacado en la puerta de su casa por un supuesto admirador.
El atacante explicó su acción porque su víctima había cometido un delito sexual contra una mujer ocho años atrás.
Keyes fue detenido y acusado de ese crimen sexual, pero los cargos fueron desestimados, recuerda The Daily Beasty en su sitio electrónico. Como consecuencia del ataque que sufrió el músico, quedó imposibilitado para cantar y tocar guitarra.
El padre de Crusius trabajaba en una clínica en Richardson, Texas, donde apoyaba a personas con síndrome de estrés postraumático, una afección que sufren muchos estadounidenses víctimas de las armas de fuego, a quienes trataba con el enfoque «total», donde incluía cuerpo, mente y espíritu.
Entrevistado por Daily Beast, Keyes dijo que su asesor en salud mental y padre del presunto homicida de El Paso, había hecho un buen trabajo con el pánico en que entraba cada que escuchaba el timbre de una puerta.
Patrick vivía en un suburbio de Dallas, una ciudad también del estado de Texas, localizada a más de mil kilómetros de El Paso, por lo que una de la interrogantes es el motivo del desplazamiento.
Otro interrogante es la forma en que fue detenido el homicida, quien no opuso resistencia de acuerdo a las versiones de la policía y algunos testigos.
Junto al manifiesto, en la supuesta cuenta en Twitter de Crusius podía verse antes de fuera cancelada por la red social, halagos a la intención del presidente estadounidense Donald Trump de construir un muro en la frontera con México, reportó Los Angeles Times.
El mandatario tras la masacre ofreció sus condolencias y las de su esposa Melania a los familiares de las víctimas, y estableció que nada justificaba asesinar a inocentes.
El informe del diario angelino revela que Leigh Ann Locascio, quien fue vecina de Crusius, lo recuerda como extremadamente solitario, siempre viajando sin compañía en el autobús hacia la secundaria y la preparatoria.
Además hacía comentarios negativos a quien practicaban deporte o se sumaban a la banda escolar de música.
Tony, hermano de Ann, lo recuerda de manera similar, sin interactuar con nadie. Y de la misma manera, como alguien que gustaba de tener a serpientes como mascotas.
Para otros compañeros de escuela era irritable en clase, aunque de mentalidad fuerte y con intención de encabezar al grupo, detalles que no lo salvaban de las pesadas bromas de sus compañeros de salón.
En contraste, para Daniel Heo de Plano, Texas, y excompañero de primaria de Crusius, este era «un niño bueno».
En tanto, los fiscales de Texas pedirán la pena de muerte para el autor de la masacre de El Paso, aunque investigan el caso como delito de odio o terrorismo interno, una denominación poco frecuente para ataques perpetrados por sujetos de raza blanca.