El atentado terrorista contra mexicanos en suelo estadounidense ha dejado hasta ahora un saldo de 22 personas muertas, ocho de ellas mexicanos.
El atacante manejó más de mil kilómetros, buscaba expresamente matar mexicanos. No se recuerda un ataque de este tipo contra mexicanos y México-estadounidenses.
A las diez de la mañana con 40 minutos, un hombre joven, blanco, con un arma de alto poder entró por la puerta principal del WalMart ubicado en el centro comercial “Cielo Vista”.
El lugar se ubica a mitad de camino tanto del aeropuerto internacional de el paso como del cruce fronterizo con Ciudad Juárez. Se estima que había más de dos mil personas y unos 100 empleados en el establecimiento.
Era un día familiar y muchos habían acudido a hacer compras por el regreso a clases.
“Empecé a escuchar como que se caían tablas, volteamos y toda la gente venía corriendo diciendo que eran balazos. Alcanzamos a llegar a una puerta de emergencia, nos brincamos una barda y así logramos salir”, apuntó Ana Uribe, testigo de balacera.
“Oí el primer tiro, y entonces pensé, ¿qué está pasando?, y sonaba fortísimo, muy fuerte. Y de pronto vi a la gente cayendo, y entonces corrí hacia allá, para tratar de entrar, pero entonces lo vi correr hacia acá, y alguien recibió un tiro y mi sobrino, y había un bebé, lo estaba cargando un hombre, le habían dado un tiro y el señor se lo entregó a una ambulancia. Fue espantoso”, dijo Davie Romero, testigo.
“No me vio, pero tiró balazos al cajón. Siguió tirando a lo bruto, mató a dos señores y a una señora también. Se fue por todas las cajas. Yo huí cuando hizo cambio de cartucho cuando hizo cambio de cartucho se oyó como metralleta”, recordó Mario Alberto Pérez, sobreviviente de balacera.
Muchos lograron ponerse a salvo escondiéndose ayudados por los empleados del supermercado.
“Escuché dos disparos, tenía que sacar a todos de ahí hacia la parte de atrás de la tienda. Escapamos por la salida para incendios y llevé a tantos clientes y trabajadores como pude, solo estábamos parados afuera cerca de unos contenedores y dije “todavía estamos en peligro” así que abrí los contenedores y puse a todos dentro”, narró Gilbert Serna, empleado de WalMart Cielo Vista, en El Paso.
Policías, cuerpos de emergencia, agentes del FBI y de la Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas, llegaron al centro comercial para desalojar a cientos de clientes. Y también, para ubicar al tirador que se entregó a la policía.
“Está con nosotros en este momento, porque la policía está investigando, porque investigamos junto con el FBI, DEA, ATF”, dijo Roberto Gómez, vocero del Departamento de Policía de El Paso.
Conforme pasaron los minutos, se dio cuenta de la magnitud del tiroteo. Se conoció que entre los pasillos hubo gente que cubrió con su cuerpo a sus familiares. Como el matrimonio Anchondo, que murió protegiendo a su bebé de dos meses de edad, y que entre las víctimas había, mexicanos.
Como Juan de Dios Velázquez Chairez, padre de un pastor evangélico, líder distrital de las asambleas de Dios en Chihuahua.
Como Adolfo Cerros Hernández y su esposa, Sara Esther Regalado, que residían en Ciudad Juárez.
Como María Eugenia Legarreta, que hizo una parada en la tienda antes de llegar al aeropuerto de El Paso a recoger a su hija, lo que nunca sucedió. Fue gracias a la señal de su teléfono que supieron que estaba en el sitio del ataque.
La mujer es hermana de una artista plástica, Martha Legarreta, que confirmó la muerte en redes sociales diciendo “que su muerte no sea en vano y mucho menos sea motivo de rencor”.
Como Elsa Liboria Mendoza Márquez, de 57 años, quien era maestra de primaria en Juárez, donde residía junto con sus dos hijos adolescentes y su esposo, quien se despidió de ella diciendo que era “la más maravillosa de las mujeres”.
Iván Filiberto Manzano también vivía en Juárez, con su esposa y dos hijos. Al igual que Jorge Calvillo García, cuyo hijo, Luis, sobrevivió al ataque y Gloria Irma Márquez.
El FBI pidió a todos los ciudadanos de El Paso y Ciudad Juárez, compartir videos y fotografías que hayan tomado durante el ataque en el centro comercial, para recopilar un mayor número de evidencias y acusar de crimen de odio a Patrick Wood Crusius.
“Vamos a pedir, pena de muerte, es un incidente tan horrible, que, pues en esta comunidad no estamos acostumbrados a tener algo así”, expuso Jaime Esparza, fiscal del Distrito Oeste de Texas.
Mientras que el estacionamiento del WalMart, uno de los más concurridos de esa cadena en Estados Unidos, y reconocido como un centro de encuentro de mexicanos y estadounidenses, decenas de ciudadanos han acudido a presentar sus condolencias.
Con información de En Punto.