Rossibeth Flores Rodríguez, de 29 años, se había quedado viuda con dos hijos de 11 y cinco años. Como en su pueblo de Honduras se le estaba haciendo difícil mantener a su familia, aceptó la ayuda del guatemalteco Marvin Oswaldo Escobar Orellana y migró a Estados Unidos, donde ya vivía Escobar.
Tras prestarle dinero para pagar el coyote, Marvin Oswaldo y su esposa estadounidense acogieron a la familia guatemalteca en el sótano de su casa de Des Moines, Iowa. El hombre también dio trabajo a Flores en su empresa de construcción de techos.
Betty Rodríguez, madre y abuela de las víctimas, dijo al diario La Prensa que conocían a Marvin porque él y su ex esposa estuvieron dos años viviendo en casa de la familia hondureña. “Era una persona de confianza”, dijo Rodríguez. Por eso su hija aceptó la ayuda que les brindó.
Sin embargo, la situación se empezó a poner tensa cuando el guatemalteco, de 31 años, empezó a acosar a Rossibeth para que tuviera una relación con él. La madre de la joven contó al citado diario que su hija le había dicho que estaba buscando otro lugar para no tener que seguir conviviendo con Marvin. Pero ese cambio de residencia no llegó.
Escobar habría aprovechado la ausencia de su mujer y sus dos hijos para matar este martes a la familia hondureña al completo. Fue el mismo quien llamó al 911 para informar a las autoridades de la presencia de los tres cadáveres en su casa. Este jueves un tribunal lo acusó de tres cargos de asesinato.
En honduras, la familia de Rossibeth espera ahora que lleguen los cuerpos de la joven y de sus dos hijos, Daniela y Ever José. Sonia Parras, de la oficina de abogados que asiste a la familia, aseguró a Univision que están “trabajando en la repatriación de los cadáveres a través del consulado y de contactos comunitarios”.