
tiroteo en universidad de Florida dejó al menos dos muertos y varios heridos. El atacante, de 20 años y hijo de un agente del alguacil, usó el arma de servicio de su padre para cometer el crimen. Cinco personas, incluido el tirador, fueron trasladadas al hospital Tallahassee Memorial Healthcare. El gobernador Ron DeSantis expresó sus condolencias y aseguró que las fuerzas del orden estaban respondiendo activamente.
Cientos de estudiantes huyeron en diferentes direcciones, muchos pegados a sus teléfonos, visiblemente emocionados. Algunos se abrazaban mientras esperaban noticias, mientras que otros se refugiaban cerca de la escuela de música. Joshua Sirmans, un estudiante de 20 años, relató cómo fue escoltado por la policía fuera de la biblioteca tras sonar las alarmas de tirador activo.
El Departamento de Justicia, bajo la fiscal general Pam Bondi, se comunicó con el FBI, que se encontraba en el lugar. Bondi aseguró que la seguridad de todos los involucrados era la prioridad. Mientras tanto, se ordenó a estudiantes y personal que se resguardaran en sus aulas, cerraran puertas y ventanas, y tomaran medidas de protección adicionales. La respuesta de emergencias fue inmediata con ambulancias y patrullas llegando al campus.