Arturo Marvill 15 julio, 2024
La mamitis es el resultado de una crianza sobreprotectora, en la que la madre asume el rol de cuidadora sin dejar espacio para que el hijo desarrolle su autonomía, autoestima y capacidad de tomar decisiones. Así lo explicó la psicoanalista, Adriana Ortiz, en Sale el Sol.
La experta refirió que, este apego maternal extremo se refiere a una conexión íntima hacia la madre, con una ausencia de desarrollo emocional, autonomía en la toma de decisiones y dificultades para formar relaciones con otros. De tal manera, que esta dependencia se manifiesta en comportamientos como:
– Consultar a la madre sobre decisiones importantes.
– Permitir que la madre intervenga en asuntos personales y profesionales.
– Priorizar las opiniones y deseos de la madre por encima de los de la pareja.
– La madre compite constantemente con la pareja por la atención y decisiones del hijo.
La psicoanalista Adriana Ortiz, mencionó que los primeros límites en el comportamiento de los hijos vienen de los padres o de las figuras que emocionalmente les brindan bienestar y seguridad. Si estos límites han quedado grabados en los hijos durante el proceso de socialización, se produce la mamitis en adultos. En estos casos, no es difícil imaginar a quién harán caso u obedecerán cuando sean grandes, dejando a la esposa al margen de las necesidades de la diada madre e hijo.
Por ello, recomendó establecer límites para fomentar la independencia de los hijos. Esto incluye hablar y ponerse de acuerdo con la pareja para evitar que la madre interfiera excesivamente.
Reconocer el problema, pues la conciencia de la situación es crucial para buscar una solución en un profesional.
La mamitis es una condición que puede afectar seriamente la dinámica de pareja y la autonomía del individuo. Es importante abordar el problema desde su raíz, estableciendo límites claros y fomentando la independencia. Reconocer el problema y buscar ayuda profesional son pasos esenciales para lograr un equilibrio saludable en las relaciones interpersonales.