Arturo Marvill 12 julio, 2024
La justicia anuló el juicio del actor Alec Baldwin por homicidio involuntario al argumentar supresión de evidencias, en un sorpresivo giro dramático del proceso que buscaba esclarecer la responsabilidad del actor en la tragedia que enlutó al set de la película “Rust”.
Baldwin, en el banquillo de los acusados, sostenía un revólver Colt calibre .45 en un ensayo en un set de rodaje en Nuevo México, cuando una bala fue descargada, hiriendo mortalmente a la directora de fotografía, Halyna Hutchins.
Con apenas dos días de acción en el juzgado de Santa Fe, los abogados del actor presentaron una moción para anular el proceso con perjuicio, argumentando que el Estado les escondió evidencia potencialmente clave.
Este viernes, tras tensos interrogatorios que abrieron dudas sobre el manejo de dicha evidencia y la parcialidad de la fiscal Kari Morrissey, la jueza Mary Marlowe Sommer puso fin al caso.
“La retención voluntaria de esta información por parte del Estado fue intencionada y deliberada”, dijo Sommer.
“Si esta conducta no alcanza el nivel de mala fe, ciertamente se acerca tanto a la mala fe como para mostrar indicios de un perjuicio flagrante”.
“La descubierta de una violación del Estado inyectó un retraso innecesario e incurable en el juicio”, agregó. “Su moción para anular el caso con perjuicio es concedida”, falló.
Baldwin explotó en llanto y abrazó a sus abogados. En el fondo, su esposa, Hilaria, también irrumpió en lágrimas.
Todo inició con un interrogatorio a una perita forense
El argumento de la supresión de evidencias surgió el jueves cuando Alex Spiro, el abogado de Baldwin, interrogaba a la perita forense Marissa Poppell sobre un set de balas que las autoridades recibieron en marzo de manos de un expolicía asegurando que estaban relacionadas con el caso.
Pero los investigadores optaron por no incluir las balas como evidencia, y por no notificar a la defensa sobre el hallazgo. Poppell se contradijo en varias ocasiones, lo que generó dudas sobre el manejo del caso.
La detective a cargo de la investigación, Alexandria Hancock, confirmó este viernes ante la corte que la fiscal Kari Morrissey estaba presente en la reunión en la cual se decidió archivar las balas, lo que las dejó por fuera de la pericia.
Morrissey se ofreció de inmediato a testificar bajo juramento, en una aparente tentativa de recobrar credibilidad, derivando en un nuevo giro dramático en el caso que vio a la defensa de Baldwin interrogar a la fiscal del caso.
La fiscal defendió su decisión de descartar la evidencia afirmando que las balas eran diferentes a las encontradas en el set, y que estaban en otro estado durante el rodaje.
Pero Spiro abrió huecos en su testimonio, para luego inquerir: “La verdad es que no te gusta el señor Baldwin, ¿no es cierto?”.
“Eso es completamente falso”, respondió Morrissey, yendo al punto de decir que le gustaban sus películas e ideas políticas.
La anulación con prejuicio debe ser el punto final del proceso para Baldwin, dijo el profesor Carl Tobias, de la Universidad de Richmond.
“En el lado criminal, creo que esto terminó. Los fiscales podrían tratar de volver con una apelación extraordinaria. Pero no creo que ningún tribunal de apelaciones concuerde con la Fiscalía”, apuntó.
Christopher Melcher, un abogado con práctica en Los Ángeles, dijo estar “estupefacto” con el desenlace.
“No es una decisión basada en los méritos, sino en el fracaso de la Fiscalía de cumplir su deber de compartir información con la defensa”, dijo.
“Con el nivel de escrutinio de este caso, es realmente sorpresivo que se pudiera cometer este tipo de error”.
A la salida del juzgado, Morrissey, quien para más drama se quedó sin equipo este viernes tras la súbita renuncia de la fiscal Erlinda Ocampo Johnson, dijo a las decenas de periodistas cubriendo el caso que estaba “decepcionada”.
“No estamos de acuerdo con la decisión de la corte, pero tenemos que respetarla”, comentó