La selección de Turquía avanzó a los Octavos de final de la Eurocopa 2024, tras vencer 1-2 a Chequia en la última jornada del Grupo F, que se jugó en el Volksparkstadion de Hamburgo.
Turquía llegó a seis puntos y a pesar de la derrota de Portugal de 2-0 frente a Georgia, los turcos avanzaron como segundos del Grupo F.
Portugal terminó con seis puntos, pero con mejor diferencia de goles (+2) que Turquía. Georgia (4 puntos) avanzó como mejor tercero y Chequia quedó fuera con una unidad.
Los turcos se medirán en octavos a Austria, el martes en Leipzig.
El inicio del encuentro fue algo plomizo, con nervios y apenas con un disparo del atacante meadridista Arda Güler como lo más destacado en el primer cuarto de hora. Sin embargo, fue tiempo suficiente para que Antonín Barák viera una rápida tarjeta amarilla tras hacer una falta a Ferdi Kadioglu, acción que acabó siendo determinante.
No en vano, en el minuto 20, Barák dio un pisotón a otro adversario en un balón dividido y el árbitro rumano István Kovács le mostró la segunda amarilla. Con un jugador menos, Chequia replegó líneas y evitó que el equipo turco generase peligro en el resto de la primera mitad. Incluso David Jurasek tuvo una buena ocasión justo antes del descanso.
El dorsal 15 checo dispuso de tiempo y espacio dentro del área, pero su disparo centrado fue detenido sin problemas por Mert Günok. A la vuelta de los vestidores, Turquía apretó más y paulatinamente generó peligro sobre la portería de Jindrich Stanek. De hecho, protagonizó una buena parada en el 50′ ante un disparo de Kenan Yildiz a una esquina inferior.
Fue el preludio del gol turco, después de un doble remate de Ismail Yuksek. Un tiro lo repelió la zaga y otro fue rechazado por Stanek, lesionado de su hombro derecho en esa misma jugada; para colmo, a la vez que se levantaba del césped, el guardameta checo vio cómo llegaba Hakan Çalhanoglu rápidamente para ejecutar un derechazo certero a la red.
Disparo bonito el del mediapunta del Inter de Milán, con el exterior de su bota, para batir a un Stanek que tuvo que ser sustituido. Sin embargo, la ventaja provocó cierta relajación entre los pupilos de Vincenzo Montella, que movió su banquillo pero no consiguió imprimir más ritmo. Enfrente, Ivan Hasek también hizo reemplazos en busca del milagro.
Le tocaba remontar a Chequia para no quedar eliminada, y la urgencia se notó. En el minuto 66, a raíz de un saque de banda y que tras un toque de cabeza llegó al área de Günok, el delantero Tomás Chory saltó junto al portero otomano; éste no atrapó la pelota, la cual quedó a merced de que Tomás Soucek marcase con un tiro fuerte y a bocajarro.
István Kovács y sus asistentes del VAR no aprecieron falta de Chory sobre Günok, así que el 1-1 subió al marcador y brindó un desenlace lleno de tensión. Los centroeuropeos, volcados al ataque, llegaron a marcar en el 82′ por obra de Jan Kuchta, pero hubo falta previa. Y la respuesta turca fue un tiro de Baris Alper Yilmaz, atrapado con garbo por Kovar.
Al contragolpe, vistos los espacios que Chequia estaba dejando, se veía venir alguna ocasión todavía más clara para su oponente. Dicho y hecho, Samet Akaydin despejó de cabeza un centro checo y Kaan Ayhan arrancó al golpe; el dorsal 22 de Turquía abrió juego al costado izquierdo, donde Cenk Tosun controló el balón y levantó su mirada.
Después de esquivar a un zaguero rival y perfilarse, Tosun efectuó un derechazo cruzado hacia el palo más alejado, que entró en el arco de Kovar a media altura y finiquitó el partido.