El osasunista Budimir y Gjasula, autor de un autogol albanés y del empate ‘in extremis’, protagonizaron el desenfrenado final del intenso derbi balcánico
Ignacio Tylko. Miércoles, 19 de junio 2024
Derbi balcánico de alta tensión en la portuaria Hamburgo con la supervivencia en la Eurocopa en juego entre los meritorios albaneses y los sombríos croatas. Una batalla trepidante con un final desenfrenado que deja ambas selecciones con opciones pero con el agua al cuello. Punto muy celebrado por los modestos y llorado por los croatas, que deben reflexionar en el diván de las crisis y conjurarse para la final que les espera el próximo lunes ante sus vecinos italianos en Leipzig.
Cita trepidante, intensa y pasional, con las gradas rebosantes de colorido, que tuvo a dos protagonistas en el tramo final. El albanés Klaus Gjasula, un centrocampista del Darmstadt alemán, entró desde el banquillo, se marcó un autogol que propiciaba la remontada croata y en descuento obtuvo recompensa al firmar el empate final. Y también el osasunista Ante Budimir, que comenzó de suplente, como uno de los señalados por la derrota ante La Roja, y en dos minutos participó en sendos goles que en ese momento permitían ver la luz a su pequeño y exaltado país.
Valiente, versátil, bien trabajada y con una capacidad de esfuerzo innegociable, dicen los clásicos que como el valor en la mili, la multiétnica Albania sacó las costuras en el primer acto a una Croacia muy deficiente y con una actitud pasiva. Jugó el grupo de Sylvinho con mucha más soltura, más verticalidad, más convicción en el planteamiento, más entusiasmo y hasta más hambre. Los albaneses redujeron a la nada en ese período a un adversario lento, sin ideas, extremadamente previsible y sin capacidad para desequilibrar.
Croacia
Livakovic, Juranovic, Sutalo, Gvardiol, Perisic (Sosa, min. 84), Brozovic (Pasalic, min. 46), Kovacic, Modric, Majer (Sucic, min. 46), Kramaric (Baturina, min. 84) y Petkovic (Budimir, min. 69).
2
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2
Albania
Strakosha, Hysaj, Djimsiti, Ajeti, Mitaj, Asllani, Ramadani (Hoxa, min. 85) Laçi (Gjasula, min. 72), Asani (Seferi,min. 64), Manaj (Daku, min. 85) y Bajrami.
Goles: 0-1: min. 11, Laçi. 1-1: min. 74, Krmaric. 2-1: min. 76, Gjasula (p.p). 2-2: min. 90+5, Gjasula.
Árbitro: François Letexier (Francia). Amarilla a Daku, Gjasula, Hysaj e Ivusic, portero suplente de Croacia.
Incidencias: Partido de la segunda jornada en el grupo B. Ambientazo en el Volksparkstadion de Hamburgo.
Croacia es una selección ya veterana, sobre todo en la sala de máquinas, pero da la sensación de que el caos ante España dejó a sus hombres en estado de ‘shock’. En ese período inicial fue desastre en todas sus líneas y con poca capacidad de respuesta. Sus tres medios suman más de 100 años y conducen demasiado, hay poco movimiento de los delanteros para abrir líneas y en general al equipo le faltan dinamismo y capacidad de
Zlatko Dalic introdujo tres cambios respecto a ese choque perdido ante el equipo de Luis de la Fuente en Berlín con el objetivo de revitalizar a su selección y darle ese punto de mayor agresividad que reclamaron tanto él como Luka Modric después del primer partido. Señaló a los centrales Stanisic y Pongracic y al referido Budimir, reubicó a Gvardiol como central, buscó más profundidad por los costados con Juranovic y Perisic y entendió que Petkovic, delantero del Dinamo de Zagreb, podría ser determinante. Apuesta fracasada.
Aviso a España
No tan pronto como ante Italia, cita en la que Bajrami anotó a los 20 segundos el gol más rápido en la historia del campeonato, pero Albania volvió a golpear primero. A los 10 minutos, jugada muy bien elaborada, centro medido y cabezado de Laçi, centrocampista del Sparta de Praga y una de las novedades en el equipo. Pudo hacer algo más Livakovic, que luego salvaría un mano a mano increíble ante el interista Asllani, ese jugador que con dos años llegó en patera a Italia, y también acertó para desviar un remate en plancha de Rey Manaj, ariete del Sivasspor turco y hombre boya albanés.
Doble cambio de Dalic tras el descanso, con Sucic y Palicic en el campo para buscar más energía, como diría Ancelotti. Los croatas le pusieron más ímpetu al duelo y marearon menos la perdiz. Pudo equilibrar enseguida el centrocampista del Salzburgo, pero lo evitó un paradón de Strakosha, portero del Brentford inglés.
Ya era otro partido. Los croatas robaban enseguida y se advertía peligro.Con tanto centro y tan poco rematador, la incorporación de Budimir era cuestión de tiempo. Dalic no dejó dos arietes y le introdujo por Petkovic. Estuvo enorme el osasunista ejerciendo de revulsivo, con los centrales albaneses ya agotados. Primero, ejerció de ancla para asistir a Kramaric, que descerrajó a sus rivales con un disparo a contrapié del portero. Con su selección subida en la cresta de la ola, Budimir porfió por un balón hasta la línea de fondo y su pase de la muerte acabó en autogol de carambola. Pero lo que parecía otro ejercicio de resiliencia croata, acabó en un funeral de los ajedrezados y en jolgorio albanés