Arturo Marvill 8 junio, 2024
Cuando parecía que las cosas ya no se podrían poner peor, Indios vuelve a sorprender con una paupérrima actuación, superando la de una noche anterior, al ser humillados por los Rojos de Jiménez ante un lanzador al que ya habían enfrentado en temporadas anteriores y que en esta noche no les permitió hit alguno para uno de los peores inicios de los teporacas que se les recuerde en lo que va del milenio. Muchas cuentas habrán que entregar el cuerpo técnico a su regreso y muchas preguntas tendrán que contestar, pues independientemente de lo que suceda en Parral, donde el pronóstico no es nada halagador, lo que sucedió en la vieja Huejoquilla será difícil de olvidar.
Los locales volvieron a disfrutar en este partido de enfrentar a prácticamente nadie, a un rival al que tradicionalmente se les temía y las cuentas casi siempre eran adversas. Pero Juárez en este año es otro, es un equipo al que se le puede enfrentar en ocasiones sin que ofrezca resistencia, sin temerle a su ofensiva tradicionalmente poderosa, pero que este año fue renovada y cuyo experimento está resultando ser un fiasco. Tan infame fue el resultado, que en la página oficial de la tribu el comunity manager decidió desactivar los comentarios para evitar los que seguramente iban a ser puros insultos. Jiménez ya ganaba por nueve carreras en apenas el tercer inning y la situación no olía, apestaba mal. Mientras que el joven Julián Reyes dominaba a placer a sus contrincantes, el abridor de Indios Jesús Juárez era el amo del descontrol, tanto que ni un triste out pudo sacar. Tanto él como los relevistas y el propio Bacatete culparon a la loma de pitcheo de su infame actuación, pues estuvo lloviendo horas antes del partido, lo que el Dios Tláloc retrasó el inicio del partido, como temiendo de que les fueran a poner otra tranquiza a los Indios. El asunto aquí es que la supuesta condición inapropiada de la lomita, se supone también debió afectar al lanzador de los locales, pero Reyes lejos de verse mal se sirvió con la cuchara grande en lo que se podría considerar su mejor actuación en lo que lleva de trayectoria en la Liga Estatal, ante un rival otrora poderoso, hoy convertido en un manso cordero fácil de dominar. Y mientras Yahir “Mr. Ponche” Gurrola y demás line up de la tribu ofrecía una actuación asquerosa e indigna para la afición teporaca, los Rojos le festejaban a su lanzador que en siete innings no le habían conectado de imparable. Una carrera más en la sexta entrada marcó el rumbo para la culminación de esta histórica actuación de los locales y la humillación devastante para la visita.
Indios está destrozado. Bacatete no puede con el paquete y la situación apesta a vestidor roto. En esta ocasión habrá que ver que tan pacientes son los nuevos directivos con el cuerpo técnico. Hay muchas cosas que considerar, pues los resultados son amores y si la situación no se le pone remedio desde ya, habrá que esperar una reacción nada positiva en las asistencias al Estadio Juárez. Podría haber peligro de que no haya el suficiente cuorum para cantar “Aquel amor”, aunque con estas actuaciones del equipo, es probable que el audio sea utilizado en mínimas ocasiones. Es apenas la tercera jornada, pero esto no puede esperar. La afición año con año está ilusionada con el campeonato, pero esta temporada a estas alturas, eso se ve a años luz de distancia, más lejos que en ningún otro año. Es tiempo de revertir. Indios es un equipo grande y no se puede dar esa cara tan miserable. No lo merecemos