Son muchas las instituciones y fuentes científicas que respaldan esta conexión positiva entre la lectura y la prevención y tratamiento del alzhéimer.
06/05/2024 EFE
La lectura no es solo un placer para la mente, sino que se trata de uno de los hábitos más beneficiosos para la salud, pues estimula la actividad cerebral y fortalece las conexiones neuronales, informó la Fundación Ace Alzhéimer Center Barcelona. Lea: Cambios cerebrales y riesgo de alzhéimer durante la menopausia: ¿qué hacer?
La lectura es beneficiosa para quienes ya padecen algún tipo de demencia porque agudiza la capacidad cognitiva y la memoria.
América Morera, responsable de la Unidad de Atención Diurna de Ace Alzhéimer Center Barcelona, aconseja fomentar el hábito de leer en voz alta y resalta: “Es importante adaptar las lecturas a las necesidades e intereses de cada paciente para conseguir
Son muchas las instituciones y fuentes científicas que respaldan esta conexión positiva entre la lectura y la prevención y tratamiento del alzhéimer.
En el análisis “El hábito de la lectura como factor protector de deterioro cognitivo” se incita a fomentar este hábito desde la infancia y mantenerlo a lo largo de toda la vida, ya que también reduce el estrés y contribuye a mejorar las rutinas de higiene del sueño cuando se practica antes de dormir.
Nuestro cerebro necesita mantenerse activo y ser ejercitado, por ello la lectura contribuye a incrementar nuestra reserva cognitiva. Esta reserva permite compensar y tolerar mejor los cambios ocasionados por determinadas patologías asociadas a la edad o enfermedades neurodivergentes como el alzhéimer. Lea: ¡Puede aparecer a los 30! Alzhéimer precoz, una realidad poco frecuente
Recomendaciones para prevenir la demencia
Además de la lectura, otros factores que incrementan la reserva cognitiva y protegen su deterioro son el nivel educacional, el estilo de vida y las actividades de ocio.
Ace Alzhéimer Center Barcelona sugiere seguir estas cuatro pautas para prevenir enfermedades como el alzhéimer:
Seguir aprendiendo: conocer cosas nuevas favorece nuestra plasticidad neuronal, la cual nos permite adaptarnos a diferentes entornos.
Ser activos socialmente: nos ayuda a mantener la actividad cognitiva reforzando capacidades como el lenguaje, habilidades sociales o la memoria, además de mantenernos en un correcto estado de ánimo.
Realizar actividades: aquellas que tienen una meta u objetivo definido, como pueden ser los juegos de mesa.
Romper la rutina: llevar una vida organizada disminuye el estrés, el problema es que cuando automatizamos las actividades se disminuye nuestra activación cerebral