Desde un punto de vista más amplio, la relación entre infancia y mascotas va más allá de los beneficios físicos
Por: Dr. Francisco Sánchez Castañeda
El autor es vicesecretario del Colegio de Veterinarios de Sevilla
La convivencia de los niños y niñas con mascotas, especialmente con perros, trae consigo numerosos beneficios en el desarrollo y bienestar de los menores, tal y como queda reflejado en el estudio ‘Play Spaces and Environments for Children’s Physical Activity’ (PLAYCE), desarrollado por el Telethon Kids Institute y la Universidad de Australia Occidental.
Según esta investigación, la crianza junto a un perro no sólo se traduce en una reducción significativa del tiempo frente a las pantallas, sino que además incrementa sus horas de sueño. Más de 8 horas al mes se liberan de la presencia de los menores frente de dispositivos electrónicos, mientras estos suman más de 9 horas al mes a su descanso, contribuyendo así a un desarrollo más equilibrado.
Desde un punto de vista más amplio, la relación entre infancia y mascotas va más allá de los beneficios físicos. En mi experiencia como profesional veterinario, he observado cómo la convivencia con animales fortalece aspectos fundamentales de la inteligencia emocional, cultivando valores como la responsabilidad, empatía y compasión en los niños. Este contacto enriquece su desarrollo educativo, emocional y social, proporcionándoles experiencias valiosas que contribuyen a su crecimiento integral.
Además, no podemos pasar por alto los impactos positivos en la salud de los más pequeños que crecen con mascotas. Investigaciones, como la realizada por la Universidad de Gotemburgo de Suecia, sugieren que la exposición temprana a animales en el hogar puede estar asociada a una mayor inmunidad y a un menor riesgo de desarrollar diversas patologías como alergias, resfriados y enfermedades respiratorias o infecciones de oído.
En el ámbito deportivo, la presencia de mascotas en la vida de los niños también se presenta como un factor beneficioso. Los menores que comparten su vida con animales tienden a ser más activos físicamente, lo que puede traducirse en un mejor estado de forma para la participación en deportes de equipo.
Además, la interacción con mascotas fomenta el desarrollo de habilidades sociales esenciales, facilitando la integración en equipos y fortaleciendo valores como el respeto. No podemos dejar de mencionar que la presencia de una mascota contribuye a reducir los niveles de estrés, mejorando así la concentración y el rendimiento deportivo. Por ello, la iniciativa educativa y deportiva COPA COVAP, promovida por la Cooperativa Ganadera del Valle de los Pedroches, cuyo objetivo es luchar contra la obesidad infantil, está alineada con los principios del Consejo Andaluz de Veterinarios y refuerza la idea de que la convivencia con animales no solo aporta beneficios individuales, sino que también contribuye al fortalecimiento de los lazos familiares.
En conclusión, la relación entre los niños y las mascotas es una fuente inagotable de beneficios que va más allá de lo meramente físico, abarcando aspectos emocionales, sociales y de salud. Como defensor de esta causa, animo a las familias a contemplar la idea de abrir las puertas a una mascota en sus hogares. No sólo estarán añadiendo un miembro más a la familia, sino que también estarán regalando a sus hijos la oportunidad de vivir experiencias enriquecedoras y disfrutar de un crecimiento pleno y saludable