Arturo Marvill 28 enero, 2024
Otra jornada más, otra derrota más. A todos nos gustaría que esas mejoras de Bravos terminaran en triunfos, pero cuando en la defensa se cometen errores tan garrafales como los de esta noche, las victorias se van a seguir negando. La defensa hoy estuvo de vacaciones todo el primer tiempo y de no ser que el Atlas perdonó muchas, hubiera sido una goleada de escándalo. Pueden pasar las derrotas una tras otra, con la excusa de que el equipo se está viendo cada vez mejor y Mejía seguirá ahí y la directiva tolerándolo, pues ya entre semana reiteraron que él es el adecuado para seguir con el “proyecto” y, pues como no, cuando el “gran objetivo” de este torneo es hacer 22 puntos cuando mucho, cuando el plantel podría dar para mucho más. Sigue Bravos siendo, como ya es una tradición, la escalerita para que cualquier equipo, grande mediano o chico, salga de su mala racha. En este partido se jugó con un hombre demás desde el minuto 77′ y con dos demás desde el 87′, más otros 9 que se agregaron al final. Y no pasó nada. Bien le pudieron expulsar a otros tres al Atlas y tampoco hubiera pasado nada. No hay capacidad, como la pinten y dibujen, pero capacidad no existe. Y calidad, pues está en veremos.
El primer tiempo fue un concierto de equivocaciones de la defensa de Bravos, sí, esa de la cual estaba tan orgulloso Mejía hace semana y media. Arturo “Palermo” Ortíz está resultando ser ese jugador que desde que llegó está marcando gran diferencia, pero para mal. Independientemente de su gol de hoy, sus errores están resultando definitorios en el marcador, cuando en la central hay otras opciones en los verdes. Mientras en la ofensiva el equipo se ve un poco más suelto, pero sin ser capaces de resolver, sin tener esa técnica suficiente como para culminar en gol. No todo lo puede hacer Avilés Hurtado, pues parece ser el único con la capacidad suficiente para preocupar al rival. Aitor García sigue siendo ese incansable luchador todo pundonor, pero no le está alcanzando para que sus centros y disparos terminen en gol. Y la defensa, cada vez peor. Al minuto 7′, el Palermo Ortíz recibe un balón en defensa, y en su intento de salir jugando le entrega el balón prácticamente al atlista Raymundo Fulgencio, que aprovecha para llevarse el balón a fondo y servir ya dentro del área a la llegada de Eduardo “Mudo” Aguirre que ya había fallado una clara, pero ahora no perdonaba y golpeaba de derecha para fusilar a Jurado para el gol inicial. Todavía 6 minutos más tarde al “Mudo” se le iba a ir otra cuando desde el fondo le habían filtrado un pase. Al minuto 34′, viene una jugada nuevamente del “Rayo” Fulgencio de que se lleva al Palermo Ortíz y manda un centro que el mudo Aguirre deja pasar porque de atrás ya llegaba el argentino Augusto Solari que golpea con autoridad hacia el fondo y dejar sin oportunidad a Jurado. Bravos intentó llegar en los últimos minutos, pero Camilo Vargas fue factor para impedir el primer gol del torneo de Bravos.
En el segundo tiempo los verdes fueron más incisivos, pues la entrada de Saucedo vino a ser el revulsivo que se requería. El golpeo del balón hacia la portería sigue siendo un problema. Pareciera que no se practica en ello. Atlas dejó de atacar, como invitando a la visita a acercarse. Bravos quiso, pero no pudo, no supo, salvo la jugada del gol, el primero del torneo, cuando al minuto 61′, en un tiro libre cobrado por Avilés Hurtado, es peinado por Amaury Escoto y el balón llega hacia donde llegaba el Palermo Ortíz sin marca que se levanta para cabecear a contratiempo de Vargas y vencerlo para el primer gol del campeonato de los fronterizos que parecía que no iba a llegar nunca. Empezaron las faltas de los locales sobre Bravos para cortar las amenazas y se empezaron a llenar de amarillas. Al minuto 77′ Mateo García comete pisotón en los linderos del área sobre Avilés Hurtado y al ya estar amonestado se llevó la roja para el primer echado de los locales. Al minuto 87′, Jordy Caicedo comete planchazo sobre del tobillo del Puma Chávez lo que amerita roja directa sobre el ecuatoriano. Parecía la mesa servida para que por lo menos se diera el empate de los fronterizos. Pero no, nunca fueron capaces. Insistimos, pudieron haber sido otros tres expulsados del Atlas y otros 20 minutos de compensación y el marcador hubiera terminado igual. A toda vista está la incapacidad. El silbatazo final del “arbitro rodillero” Fernando Hernández fue una fiesta en el Jalisco.
Como es más que evidente que la directiva seguirá apostando a la dirección de Mejía, entonces de este lado casi damos por perdido este torneo. Y este “casi” es porque todos tienen derecho al beneficio de la duda. El siguiente partido es en casa ante el Necaxa, un equipo que hasta este domingo es otro de los invictos del torneo. Sin mucha inversión que digamos, está en los lugares de arriba de la tabla. Pero no queda de otra más que aguantar y simplemente agradecer que en nuestra ciudad tenemos equipo de Liga MX, por supuesto gracias a que el descenso no existe en este país. Si este equipo llega a levantarse y a ser protagonista, a este acontecimiento nos atreveríamos a darle la categoría de milagro