En 14% de las unidades médicas del país, un pasante es el único doctor; en Colima esa cifra sube a 44%; cada año egresan alrededor de 18,000 médicos que tienen la obligación de cumplir con ese requisito; muchos de ellos reciben como apoyo económico el equivalente a 34% de lo que el gobierno les transfiere a los beneficiarios de las becas Jóvenes Construyendo el Futuro, que no estudian ni trabajan; denuncian la muerte de al menos 10 de sus compañeros de 2020 a la fecha.
Protestas de médicos pasantes en Ciudad Juarez, Chihuahua.
Los médicos pasantes son hoy una “conveniente” mano de obra barata profesional y cautiva del gobierno y blanco de la delincuencia en comunidades peligrosas y apartadas del país donde realizan su servicio social.
El asesinato del médico Eric Andrade Ramírez, ocurrido el 15 de julio pasado, en El Salto, municipio de Pueblo Nuevo, Durango, por un paciente que llegó drogado a solicitar atención médica, volvió a llamar la atención, sobre las condiciones en que cumplen con ese requisito para poder titularse, debido a las movilizaciones de decenas de sus compañeros en ciudades de Zacatecas, Durango, Oaxaca, la capital del país entre otras. Todas ellas con las mismas exigencias: seguridad y mejores condiciones de trabajo.
Cinthya Margarita Flores Félix, presidenta de la Asociación Mexicana de Médicos en Formación (AMMEF), afirmó que, para las autoridades, esa franja de la población estudiantil se ha convertido en la “conveniente” forma que tienen los estados para tener mano de obra barata profesional de personal médico.
En lugar de contratar médicos titulados prefieren solicitar pasantes para mandarlos a las comunidades donde nadie quiere ir o simplemente para ocupar el puesto de trabajo que debería ocupar un médico titulado.
Si contratan a un médico general tienen que establecer una relación laboral, que implicaría darle un salario mucho más alto de lo que destinan como “apoyo económico” a los pasantes y, además, tendrían que darle seguro social o, al menos, meterlos en las nóminas esas donde los reclutan por uno, dos o tres meses, por contratos de honorarios que terminan a unos días de Navidad, para no pagarles aguinaldo y tampoco tienen vacaciones, seguridad social, ni prestaciones.
Antonio Aguirre Piría, médico egresado de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, dijo: “el servicio social en medicina es mano de obra barata, ya que nosotros realizamos un año de internado médico en un hospital público y posteriormente otro año de servicio social que es simplemente para no dar garantías a un trabajador, ya que un médico pasante no forma parte de la Ley Federal del Trabajo. Si contratan a un médico, ya con cédula, tendrían que darles todas las prestaciones que la ley indica”.
En México hay cerca de 150 escuelas de medicina o facultades, de las cuales cada año egresan alrededor de 18,000 médicos. Son personas que generalmente ya debieron aprobar 10 semestres de clases en aulas, más dos semestres como “internos” en hospital y, si quieren titularse, deben cumplir con el requisito del servicio social.
Hay estados donde dos de cada cinco unidades médicas son atendidas solamente por un pasante de servicio social
Si bien hay varias modalidades para cumplir con esta exigencia, como en investigación, docencia, en hospitales o en unidades médicas de zonas urbanas, a alrededor de 80% los mandan a comunidades apartadas en distintas regiones del país. Por ello, en ese gremio es común la frase que dice que los ricos se atienden en hospitales de alta especialidad y los más pobres con pasantes de servicio social, en clínicas precarias.
De acuerdo con las cifras del gobierno federal de 2020 (las más recientes disponibles para acceso al público) sobre los recursos en salud sectorial de la Secretaría de Salud, en México se desplazaron a 13,874 médicos pasantes de medicina en alguna de las 21,857 unidades médicas de todo el país.
Si se analizan los datos, se observa que ese año hubo 3,067 unidades médicas donde el pasante fue el único doctor y representaron 14% del total nacional.
Hubo 1,749 unidades que no tuvieron ningún tipo de médico, es decir, ni pasante ni generales o especialistas.
Si se observa entidad por entidad, es posible apreciar que Ciudad de México tuvo más pasantes, con 1,689, seguido por Estado de México, con 969 y Puebla con 962. Los que menos tuvieron fueron Quintana Roo, donde solo hubo 73 y Baja California Sur, 72.
Las estadísticas dejan ver que Michoacán fue la entidad que tuvo más unidades médicas atendidas sólo por un pasante, con 366, seguido por Oaxaca, con 270 y Puebla con 234.
Llama la atención que en Colima 44% de las unidades médicas fueron atendidas solamente por un pasante de servicio social; 33% en Michoacán, 27% en Nuevo León, 24% en Zacatecas y 24% en Durango.
Por ello Flores Félix afirma que a las autoridades les ha resultado “muy conveniente” ocupar a los estudiantes de medicina para colocarlos en pequeñas clínicas “y con eso ya dicen que las comunidades gozan de la cobertura de servicios de salud”.
Recalcó que el servicio social, más que ser un instrumento de formación profesional, se ha convertido en un medio de explotación por parte de las autoridades, ya que los pasantes son “pseudoempleados cautivos” porque tienen la necesidad de cumplir con el requisito para titularse.
La dirigente enfatizó que en el país realmente no hay un programa de servicio social en donde se especifique cuáles son las tareas que tienen que desempeñar que contribuyan a su preparación, además, en la amplia mayoría de los casos, no hay asesores que supervisen el trabajo.
El único argumento que esgrimen las autoridades es que durante esos 12 meses que están a su disposición adquieren experiencia.
Para el secretario de Salud, Jorge Alcocer Varela, no es posible ni recomendable eliminar el servicio social, por ser una necesidad académica de alta relevancia social. “No es oportuno, no es aconsejable el que se suspenda ese proceso de formación tan importante que tienen los médicos jóvenes que están a punto de recibirse”.
Ganan un tercio de lo que el gobierno transfiere a un becario de Jóvenes Construyendo el Futuro, que no estudia ni trabaja
En México el servicio social se define como las actividades teórico-prácticas con carácter temporal y obligatorio que realizan los pasantes de una carrera profesional, consistente en la prestación de servicios que redunden en beneficio de la sociedad, como parte de su formación y en una etapa previa a la obtención de título profesional.
El gobierno del presidente Lázaro Cárdenas declaró en 1936 al servicio social en medicina como obligatorio, mediante un convenio entre la UNAM y el Departamento de Salubridad Pública que después se transformó en la Secretaría de Salud.
De acuerdo con las bases para la instrumentación del servicio social de las profesiones de la salud, publicadas en el Diario Oficial de la Federación el 2 de marzo de 1982, los objetivos son contribuir a la conservación de la salud de la población del país proporcionando servicios de tipo profesional a través de establecimientos del sector público en los campos de la promoción de la salud, prevención y curación de enfermedades, rehabilitación, investigación y docencia.
A diferencia de cualquier otra profesión, donde el servicio social se cumple en seis meses, ellos lo hacen en 12.
Además, no es reconocido por la ley como trabajador, aunque sí tiene responsabilidades mayores a las de un alumno. En muchos casos asumen todas las responsabilidades y obligaciones de un médico general (como ya se dijo, 3,067 unidades médicas), pero en condiciones laborales precarias.
En los hechos, el pasante es un médico no titulado, con