Con la misión de ganar su primer título en 11 años en cualquier competencia y mantener la hegemonía de los equipos mexicanos en Concacaf, los universitarios deberán ganar en EU tras empatar a dos en casa.
Pumas y Seattle Sounders empataron a dos, con goles del argentino Juan Dinenno por los locales y del uruguayo Nicolás Lodeiro por los visitantes, tres de estos cobrados desde los once pasos, para dejar la final abierta en la Concacaf Liga de Campeones. El equipo mexicano se aferra a la posibilidad de ganar su primer campeonato en 11 años y mantener la supremacía de los equipos de la Liga MX en este certamen, en una noche lluviosa que, pese al horario (21:30 hrs), no impidió que los aficionados abarrotaran el sur de la Ciudad de México.
Una multitud de 42,617 aficionados, según la cifra oficial, se congregó a las afueras del Estadio Olímpico Universitario con horas de anticipación esperando su turno de ingresar, en filas que daban vuelta y que se extendían hasta debajo del bajo puente de la Avenida Insurgentes, con agua que corría por arriba y por abajo.
Sin embargo, una vez que atravesaban los controles de acceso, un ambiente de fiesta los esperaba al interior del recinto por muchas razones: la última vez que Pumas, uno de los ‘cuatro grandes’ del futbol mexicano, ganó un título fue en 2011 (Liga MX); la última vez que ganó el torneo de la zona fue hace 33 años y la última vez que disputó la final de este mismo fue en 2005, llevándose un amargo sabor de boca, pues fue la última vez que un equipo mexicano perdió el certamen (ante Saprissa de Costa Rica); desde entonces, los equipos de la Liga MX se han impuesto en 16 ocasiones consecutivas.
Además, el equipo de la capital mexicana no tiene oportunidad de pasar la repesca del actual torneo en la Liga MX más allá del lugar 11 o 12 y por tanto no jugará esa fase en casa, por eso es que su gran apuesta está en la Concachampions.
Promoviendo aún más el orgullo azul y oro, el ex futbolista Jorge Campos, campeón con los del Pedregal en la temporada 1990/91 y quién levantó con este equipo el trofeo de la entonces Copa de Campeones Concacaf en 1989, presentó el trofeo de la edición actual.
La casa se hizo sentir desde antes de iniciado el partido con cánticos, banderas, fuegos artificiales, abucheos a los visitantes y ovaciones a los locales, sobre todo para Andrés Lillini, el inesperado director técnico que los rescató hace dos años llevándolos a una final y semifinal de Liga MX, y ahora hasta la pelea por el trofeo de la Concachampions, remontando un 0-3 ante New England Revolution y luego dejando en el camino a Cruz Azul en las semifinales.
Poniendo toda la carne en el asador desde el inicio, Lillini se jugó el partido con el líder de goleo, el argentino Juan Dinenno, como titular pese a una reciente lesión en la pierna derecha; su participación se decidió de último minuto, junto con la del mediocampista Leonel López.
El delantero argentino respondió. Le cometieron una falta al minuto 32 en el área y el árbitro decretó penal. Si bien, el arquero estadounidense, Stefan Frei, detuvo el balón que Dinenno envió justo al centro, el silbante ordenó la repetición del tiro cuando el VAR le indicó que se había adelantado. El argentino no repitió el mismo error, lo envió a la esquina lejos del guardameta para poner el 1-0 en el marcador.
Regresando del descanso la lluvia perdonó, pero Dinenno no, al minuto 48 el delantero remató de cabeza para incrementar la ventaja y poner a la afición de nuevo de pie, que sólo estuvo en sus asientos los tres minutos del segundo tiempo que el delantero tardó en marcar. Al reanudarse las acciones a Lillini le costó dar indicaciones dado el barullo del público.
El atacante ha sido fundamental para la ofensiva felina. De los 13 goles con los que cuentan los Pumas, nueve han sido marcados por él, con lo que está a las puertas de un título de goleo individual.
Pese al apoyo de la afición, los rivales encontraron el coraje para salir de la adversidad. Al minuto 72 el silbante marcó un penal a favor de Seattle Sounders que el uruguayo Nicolás Lodeiro cobró efectivamente a la pierna izquierda de Alfredo Talavera.
Sobre el tiempo agregado, cuando la afición sacó los celulares para iluminar el estadio y comenzar a festejar la victoria, el capitán de Seattle Sounders les cortó la inspiración. Repitió la dosis tras otra marcación de penal del silbante.
«Nunca renunciamos, la cultura del equipo es siempre estar ahí», dijo el entrenador del equipo estadounidense, Brian Schmetzer.
Además, Alan Mozo, una valiosa pieza en el esquema de Lillini, salió lastimado antes del medio tiempo y al término del partido se le vió ingresando al campo con muletas.
«Alan tiene un esguince y mañana le van a hacer estudios para ver la gravedad. Me dijo que le duele pero no es un gran dolor», explicó el entrenador auriazul.
La final de vuelta se jugará el próximo miércoles 4 de mayo en el Lumen Field, en Estados Unidos. «Tenemos que tener cuidado de Pumas porque es un equipo que no se rinde, pero nuestro equipo tampoco, así que será una buena final», dijo Schmetzer, quien consideró que sus jugadores no estuvieron a su máximo potencial el miércoles.
De los 16 equipos que se clasificaron a esta edición de la Liga de Campeones de la Concacaf, Seattle es el único que se mantiene invicto, con tres triunfos y cuatro empates, números que le permitieron asegurar la definición del título en su propio terreno.