En la primera mitad de octubre, la inflación en México fue de 6.12%, la tercera más alta en lo que va de este siglo.
La tasa de inflación en la primera quincena de octubre fue de 6.12 por ciento anualizada.
Si en esa quincena hubiera concluido el año, tendríamos la inflación anual más alta en 13 años, desde 2008 cuando la lectura de cierre de año fue de 6.53 por ciento.
México tiene toda una generación con tasas de crecimiento de precios de un sólo dígito; de hecho todo este siglo ha sido la tónica, la última lectura anual a doble dígito data del año 1999 cuando el Banco de México (entidad que entonces se encargaba de medir la inflación), informó sobre una tasa de 12.32 por ciento en el comportamiento general de precios de ese año.
Llegar a esos niveles se ve lejano, el choque inflacionario en el país es evidente, pero no existe la expectativa de que la inflación pudiera dispararse al doble del más reciente nivel reportado, es decir, el de la primera quincena de octubre.
Sin embargo, la “transitoriedad” de la inflación ya es preocupante. No sólo no cede, sino incluso se incrementa mes a mes.
La tasa de inflación más alta del siglo corresponde al año 2000 con una lectura de 8.96 por ciento.
La segunda más alta es la del año 2008 cuando se reportó un nivel de 6.53 por ciento.
Preliminar, 2021 tendría la tercera tasa de inflación más alta del siglo
Si las cosas siguen como van, este año amenaza con arrojar la tercera tasa de inflación más alta en lo que llevamos del siglo, preliminarmente arriba de 6 por ciento.
Pero es sólo preliminar, porque las recientes revisiones de las casas de análisis arrojan ya expectativas de hasta 7 por ciento si las presiones no ceden, y no se observa por dónde vaya a disminuir, salvo que Banxico hiciera fuertes ajustes al alza en las tasas de interés, con las consecuencias que pudiera traer a la economía del país.
Si el escenario de una inflación alrededor del 7 por ciento llega a materializarse, entonces hablaríamos de la segunda mayor tasa inflacionaria en el presente siglo.
En otras palabras, sería el segundo año en el que mayor incremento de precios se habría registrado en este siglo 21.
No es poca cosa, está muy lejos de otras épocas que las generaciones actuales no vivieron, pero no deja de ser importante y sobre todo preocupante al aumento de los precios registrado este año.
Veámoslo de otra manera. Hace seis años, en 2015, se alcanzó la tasa de inflación más baja del siglo y de la historia moderna de México con 2.13 por ciento a tasa anual.
Eso quiere decir que la más reciente tasa anualizada de inflación fue casi 3 veces mayor a la tasa más baja de inflación en la historia moderna de México.
Si consideramos una tasa de 7 por ciento de acuerdo a la expectativa, entonces tenemos que el crecimiento de precios será más de 3 veces mayor al mínimo registrado en nuestro país.
Pero no nos vayamos muy lejos, apenas el año pasado la tasa de inflación fue de 3.15 por ciento. Es decir, veremos una tasa del doble de inflación de un año al otro.
Las magnitudes también importan, el hecho de vivir otras épocas en materia de incremento de precios no significa que no impacte o que impacte menos.
Lejos, muy lejos estamos de un periodo hiperinflacionario como el que vivimos en alguna época o como el que vive Venezuela actualmente, pero sin duda la inflación o el crecimiento de precios ya es un problema para el país, y para Banxico, que debe preservar la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda, y para ello combatir al mayor de los enemigos de su mandato, es decir la inflación.
Sin duda, habrá al menos dos alzas más en la tasa de referencia de Banxico antes de que termine 2021. Más allá, habrá que estar muy atentos para vigilar si de verdad empiezan a ceder las presiones sobre los precios al inicio de 2022.
Cuando empezó este año se decía que las presiones inflacionarias serían pasajeras, pero a veces los pasajeros extienden su estancia, la inflación no quiere ceder.