La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJ-CDMX) presentó durante la audiencia de este viernes en el caso del estudiante Roberto Ronquillo, pruebas que inculpan a su ex novia como la autora intelectual de su secuestro y asesinato.
De acuerdo con la relatoría de los hechos, la joven Yuritzi “N” y otro cómplice, quien no ha sido identificado hasta el momento, supervisaron el secuestro y tortura del estudiante de la Universidad del Pedregal, la noche del 4 de junio de 2019, desde la casa de seguridad de Elvia “N”, alias “La Bruja”, ubicada en la colonia Xicalhuacan, en la alcaldía de Xochimilco.
En el documento se lee que todo inició cerca de las 21:30 horas, cuando el vehículo Yaris de color blanco, con placas de circulación L84 AGM, en el que viajaba Norberto, fue impactado por un Sonic Chevrolet de color rojo, con placas de circulación G58 AGG, en el que viajaban cuatro imputados: Óscar Muñoz (al volante), José Manuel Puebla (copiloto), José Fernando Becerra (en la parte de atrás, identificado como pareja sentimental de Elvia) y Daniel Benítez (en la parte de atrás, y dueño del vehículo)
“Provocando con esto que la víctima descendiera de su vehículo, momento que fue aprovechado por los imputados (…) para privar de su libertad deambulatoria a la víctima, subiéndolo al vehículo rojo para trasladarlo a la casa de seguridad”.
Además, se detalla que una vez que llegaron con Norberto, “La Bruja” ordenó inyectar al estudiante 10 mililitros de ketamina, para mantenerlo dormido.
Aunque los presuntos cómplices cobraron el rescate, Norberto fue asesinado y su cuerpo abandonado en Xochimilco. Por estos hechos permanecen vinculados a proceso cinco personas.
Mientras tanto, Yuritzi «N», quien cuenta con una orden de aprehensión y permanece prófuga, fue señalada por todos los imputados como la encargada de orquestar la operación, misma que aparece en la carpeta de investigación CI-FAS/E/UI-2/C/D/01045/02-2019.
En entrevista con Radio Fórmula, en julio de 2019, el padre de Norberto afirmó que que “Yuri” le comentó a sus cómplices que su exnovio le debía 700 mil pesos y que su tío tenía “negocios en la Central de Abastos” que pudo conocer cuando entabló una relación sentimental con él en el año 2015, mientras estudiaban en dicha universidad.
De la misma manera, señaló que el objetivo de los secuestradores “no era matarlo”, pero en cierto punto todo “se les salió de las manos”.