Lunes, 08/07/2024 – 07:46
La tormenta Beryl volvió a convertirse en huracán la noche de este domingo poco antes de impactar las costas de Texas, sur de Estados Unidos, donde se evacuaron algunas localidades ante la amenaza de fuertes lluvias, inundaciones y cortes de energía.
«Los vientos máximos sostenidos de Beryl han aumentado a cerca de 75 mph (120 km/h). Según estos datos, Beryl ascendió a huracán. Se espera un fortalecimiento adicional antes de tocar tierra en la costa de Texas», dijo el Centro Nacional de Huracanes en su más reciente reporte.
Por sus características, Beryl se considera un huracán de categoría 1, como se denomina a aquellos con vientos de entre 74 a 95 millas por hora (119 a 153 km).
El Servicio Meteorológico Nacional también emitió una alerta de tornado para algunas zonas de Texas, entre ellas Houston, ciudad de 2,3 millones de habitantes que se encuentra cerca de la posible trayectoria.
«Tenemos que tomarnos a Beryl muy en serio», había dicho más temprano este domingo en conferencia de prensa el alcalde de Houston, John Whitmire.
«Quiero que los habitantes de Houston sepan que las condiciones en las que se van a dormir durante la noche no serán las mismas en las que se despertarán por la mañana», agregó.
Varios sectores de la costa de Texas estaban bajo advertencia de huracanes y marejadas ciclónicas. El ingreso de Beryl debe ocurrir la madrugada del lunes entre la ciudad portuaria de Corpus Christi y la isla de Galveston, según el pronóstico oficial.
Imágenes en vivo de un cazador de huracanes desde la localidad de Sargent, entre Corpus Christi y Galveston, mostraban fuertes lluvias y viento en la zona la noche del domingo.
Las autoridades del condado de Nueces, donde se encuentra Corpus Christi, pidieron a quienes veraneaban en sus playas que se retiren de la ciudad.
En tanto, el condado de Refugio, vecino a Nueces, que aún no se ha recuperado plenamente de los efectos del huracán Harvey en 2017, dispuso el sábado la evacuación obligatoria de sus habitantes.
En la ciudad de Port Lavaca, dueños de negocios protegían con tablas los vidrios de sus establecimientos, mientras que Galveston, al sureste de Houston, emitió una orden de evacuación voluntaria para algunas áreas. En las redes sociales circularon videos que mostraban filas de autos tratando de salir de la ciudad el domingo por la tarde.
A su paso por el Caribe, Beryl dejó al menos siete muertos la semana pasada: tres en Granada, donde el fenómeno tocó tierra el lunes; uno en San Vicente y las Granadinas y tres en Venezuela, según autoridades locales.
Pero luego se degradó a tormenta tropical el viernes, tras tocar tierra como huracán en la turística Riviera Maya de México, donde dejó únicamente daños materiales, reportaron las autoridades. Luego siguió rumbo a Estados Unidos.
En alerta
Se prevé que Beryl se desplace por el sureste de Texas, y pase por el norte de Houston, donde todas las actividades públicas del lunes quedaron suspendidas.
Luego debe continuar su trayectoria y degradarse nuevamente a tormenta tropical la tarde del lunes antes de seguir en dirección noreste.
«El impacto que esperamos son vientos de tormenta tropical, inundaciones repentinas en todo nuestro condado, posible advertencia de inundación, posibles cortes de energía, tornados y especialmente cierres de carreteras (…) Mucha lluvia que viene hacia nosotros», dijo este domingo a la prensa George Bio, juez del condado de Fort Bend, vecino a Houston.
«Será una tormenta mortal para las personas que se encuentran directamente en su camino», había dicho más temprano en conferencia de prensa el vicegobernador de Texas, Dan Patrick.
«Créanme, no querrían estar en uno de categoría 1», agregó. Luego admitió a un canal de televisión que los cortes de luz serán inevitables debido a la fuerza de los vientos.
La Casa Blanca dijo que estaba supervisando la situación.
Beryl es el primer huracán de la temporada del Atlántico, que va de principios de junio a finales de noviembre, e impresionó a los expertos por la intensidad que alcanzó.
Científicos creen que el cambio climático, que provoca mayores temperaturas del agua, favorece estas tormentas y aumenta las probabilidades de que se intensifiquen rápidamente