Arturo Marvill 1 junio, 2024
Las gradas de butacas del Estadio Juárez lucieron a su máxima capacidad para recibir en forma la temporada 2024 de la Liga Estatal de Beisbol. La ceremonia inaugural, con su solemnidad correspondiente, fue acompañada de un espectacular show de drones y pirotecnia que hizo que valiera el boleto. Pero nadie tenía presupuestado que el partido, que empezó después de las 9 de la noche, fuera a terminar cercano a las 2:30 de la mañana. Un duelo cerrado, peleado como se esperaba, con un Cuauhtémoc que llegaba con etiqueta de líder general y que presentaría al otrora némesis de los Indios, el zurdo Carlos Valenzuela, como pitcher inicialista. Por otro lado, Juárez presentaba una inovadora indumentaria que nunca antes se le había visto, pues el uniforme de los locales fue totalmente de rojo, dejando atrás las tradicionales mezclas de rojo y blanco. Y la jornada super kilométrica, tanto que las butacas terminaron a una cuarta parte de su capacidad al término del encuentro, después de haber registrado el lleno total.
Pero los Indios se quitaron temprano la malaria que Carlos Valenzuela les había ejercido durante años. Dio la impresión de que al zurdo sonorense los años le están cobrando factura. En el primer inning Eudor García saludó al lanzador visitante con su primer estacazo de vuelta entera de la temporada entre jardín central y derecho, con el Fofo Valdés en transito. El cuadrangular todavía fue protestado por el mañoso manager de los Manzaneros Javier Morales, que alegó que la pelota no había rebasado la barda al regresar al terreno de juego. El conflictivo manager visitante nunca se percató de que la pelota había rebotado en la gradas detrás del jardín derecho para volver al campo. Morales iba a ser echado por el umpire principal entradas más delante, después de otro más de sus berrinches. Juárez agregaría una más en el segundo y dos más en el tercero, para darle salida al zurdo Valenzuela. Manzaneros nuca bajó los brazos y se acercó a una sola carrera, pero Indios agregó una más en la sexta. El inicialista de Indios, el zurdo Jesús Juárez entregó una buena actuación, al dejar el partido ganado, pero no le alcanzó para la victoria después de que el relevo volviera a fallar al permitir el empate en la octava. Fue entonces una auténtica pasarela de lanzadores entre ambas novenas hasta llegar la entrada 14, cuando ya el reloj rebasaba las 2 de la mañana. Mientras el resto de las novenas de la Liga Estatal de Beisbol ya dormían, estos dos seguían agarrados del chongo en horas que ya hasta los bares de la ciudad habían cerrado sus puertas. En la apertura del inning catorce, Juan Bravo, que a la postre fue el ganador, era el lanzador numero 7 mil que utilizaban los Indios. Manzaneros no hizo daño. Vino el cierre de la entrada catorce a batear Julio Pacheco que recibió pasaporte por parte del a la postre derrotado Antonio Rodríguez, que luego sirvió para que Diego Ramírez se parara en la caja de bateo. El toque de pelota era más que cantado, pero Bacatete le cambió la señal para fintar y batear que le salió a la perfección, pues Ramírez después de insinuar el toque le hizo el swing para chocar la pelota de hit hacia el prado derecho que mandó a Pacheco hasta la antesala. El plato estaba servido para dejar tendidos a los visitantes. Y sucedió. Isaac Carrasco recibe base intencional para buscar forzar en home con un encendido Javier “Lobo” Encinas. En cuenta de una bola sin strike, Encinas conectó profundo al prado central que el toronjo Armendáriz atrapó pero por la distancia, su tiro al plato no pudo evitar la carrera del triunfo indígena en los spikes de Julio Pacheco.
Indios termina estas dos primeras jornadas con record de 500 de porcentaje y la próxima semana, después del ajetreo electoral, visitarán jueves y viernes a los Rojos de Jiménez para cerrar el sábado en la cercana Parral. Siguen algunos cabos sueltos, se debe buscar un cerrador o definir quien lo va a ser. Vidal Sotelo ha demostrado que no está al nivel de la Liga Estatal. Urge un tercer abridor. Y se sigue sin asegurar las ventajas cortas. Hay mucho por hacer. Se tiene que ganar la confianza de la afición. Este equipo tiene que gustar, algo que todavía está lejos de lograrse