Arturo Marvill 14 abril, 2024
Mauricio Barbieri estaba muy feliz antes de este partido presumiendo de hacer historia con Bravos, al ganar tres en fila (también hay que ver contra quienes) cosa que jamás se había logrado y dentro de toda su felicidad decía que para nada consideraba que este fuera un torneo perdido. Pues sí que estaba perdido, muy perdido, desde antes de que él llegara, pues se tendrá que pagar la multa y lo más probable es que sea la segunda más cara. La pregunta es, ¿qué hubiera pasado si en lugar de haber jugado contra equipos del mismo nivel, se hubiera jugado contra los de arriba en estos últimos partidos?. Bravos una vez más sirve de escalera para que otros equipos salgan de su mala racha. Pierde contra el peor de todos. Y pierde en casa, sin tener una maldita idea de como destruir el bloque defensivo que le presentó el rival durante todo el partido. Una pésima lectura del técnico brasileño y un Francisco Calvo entregando su peor partido desde que llegó a esta frontera. El cierre digno del torneo se cayó a pedazos en este partido, un pésimo partido en términos generales.
En la primera mitad, fueron los 46 minutos (porque estuvo tan malo que el arbitro Santander solo agregó uno extra) más infames de la jornada. Para los asistentes, sólo el show de drones de medio tiempo fue lo que valió el boleto, porque en la cancha no hubo absolutamente nada, sólo una atajada importante de Jurado y hasta ahí, porque Antonio Rodríguez nunca fue exigido ni por accidente. Bravos a veces caminaba sólo reteniendo el balón, sin saber que hacer con él, mientras Barbieri, el feliz Barbieri, no tenía idea que hacer para que su equipo ofendiera, jugara, emocionara a los que pagaron boleto por entrar al estadio. Estaba muy feliz tal vez recordando los tres partidos anteriores, tanto que ni volteó a ver a su banca para por lo menos ponerlos a calentar. Perdido él y perdido su equipo. Mientras, el rival le achicaba todos los espacios que ya de por sí Bravos batalla horrores para encontrarlos. Era mucho más peligroso Xolos con sus escasas llegadas, que los remedos de intentos que tenían los locales. Y así fue todo el primer tiempo hasta que Santander pitó el final de la primera parte.
En el segundo tiempo, después del show de drones que fue lo que sí emocionó a los aficionados, no cambió mucho el planteamiento de ambos. Bravos sin idea de como ofender. Transcurrió el tiempo y mientras, Mauricio “Feliz” Barbieri mandaba a la cancha a Avilés Hurtado, otra vez en una posición no muy cercana a la portería, como generador en lugar de Dieter que salió como casi siempre, sin pena ni gloria. Luego más adelante entró Michael Santos que, para variar, se vuelve a perder una clarísima de gol, que no hace sino confirmar que está a tres segundos de alcanzar la categoría de petardo. Juárez nunca fue capaz de abrir la cancha o provocar que se abriera, pues su sistema por demás predecible le hizo las cosas demasiado fáciles al Piojo Herrera, que vino a esta frontera a no permitir un solo gol. Calvo tuvo errores brutales y en uno de ellos Moisés Mosquera le salvó la cabellera cuando en una de sus malas salidas le entregó el balón al paraguayo Carlos “Cocoliso” González. No era la noche del defensa tico y uno de sus muchos errores iba a salir muy caro. Al minuto 87′, viene un pelotazo al área por parte de los visitantes haber si de pura chiripada se equivocaban los defensores de Bravos, que en efecto se equivocaron, al dejar botar la pelota dentro del área que ya le iba a caer a Lucas “Tití” Rodríguez y Calvo salta para cabecear a un lado, tan débil que prácticamente le sale un pase a Raúl “Pantera” Zúñiga que venía llegando a toda velocidad. El colombiano la prende de bolea y cruza sobre la estirada de Jurado para anotar el gol del triunfo para los visitantes. Los dos minutos restantes de tiempo regular mas los cinco agregados, fueron de desesperación y malos centros y pelotazos de Bravos, totalmente sin idea, como lo fueron durante todo el partido. Santander pitó el final para el abucheo general y sellar el torneo perdido para el FC Juárez.
El próximo partido, el penúltimo de este infame torneo para Bravos, será visitando al Mazatlán, cuyo dueño prepara una fiesta para los aficionados como despedida de la temporada. Tal vez Salinas Pliego ya adivina la victoria de su equipo, pues sabe del nivel que trae Bravos y en una de esas cierra el torneo con goleada de los Cañoneros. Mientras, FC Juárez debe enfocarse desde ya en el armado del equipo, en sus refuerzos para el próximo torneo, en los que se deben ir (que son varios) y en como mejorar y ser competitivos. Pero es tarea de ya y no dejarla para agosto. Se debe enfocar en las ganas de trascender y no de seguir siendo la burla de todos los narradores y comentaristas a nivel nacional, cada que un partido de Bravos se transmite por televisión, sea abierta, de paga o de streaming. Y no, no era el uniforme de homenaje lo que dio suerte a Bravos en sus partidos anteriores, pues muy claro queda que fue el nivel de los contrincantes, lo que permitió esa aparente mejora, pero que al final de cuentas, no sirvió para salvar un torneo para el olvido