Este año, el lema es «Agua para la paz», y pone el foco en su importancia para la estabilidad y prosperidad del mundo, pero también es mucho lo que podemos hacer a nivel personal para conservarla
G. Solano. 22/03/2024 –
A pesar de cubrir el 70% de la superficie del planeta, sólo el 2.5% del agua en el mundo es dulce, y una gran parte se encuentra congelada o inaccesible en el subsuelo. Y a pesar de que el agua apta para el consumo humano es un porcentaje mínimo del total, su disponibilidad de no fue un problema hasta principios del Siglo XX, cuando se evidenció el impacto de la industrialización, la explosión demográfica aumentó su demanda y los fenómenos de sequía golpearon a regiones populosas.
Actualmente, a la industrialización y aumento poblacional, que no han parado, se agrega el calentamiento global y el consecuente cambio climático, que lleva el problema del agua al grado de crisis mundial. Esto se debe a que el calentamiento global causa temporadas de lluvia irregulares, calor extremo y sequías; además, ni las sociedades ni los gobiernos no han sabido gestionar el agua de manera eficiente.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) estima que alrededor de 2 mil 200 millones de personas no tienen acceso a agua potable segura, y cada vez hay más dificultades para conseguir agua dulce para beber, cocinar y limpiar.
Con el objetivo de llamar la atención sobre el problema y propiciar políticas públicas que lo atiendan, en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, celebrada en Río de Janeiro en 1992, la ONU declaró el 22 de marzo como el Día Mundial del Agua.
Este año, el lema es «Agua para la paz», y pone el foco en la importancia de este recurso para la estabilidad y prosperidad del mundo. Según la ONU, más de 3 mil millones de personas dependen del agua que cruza fronteras nacionales, pero sólo 24 países de los 153 que comparten ríos, lagos y acuíferos cuentan con acuerdos de cooperación para reglamentarla.
Este día el organsimo supranacional llama la atención sobre cómo el agua puede desencadenar conflictos entre las sociedades y las naciones, pero también cómo con la regulación adecuada y las acciones de conservación necesarias se pueden evitar.
Más allá de la importancia geopolítica del agua y las leyes que pueden implementar las autoridades, todos podemos aportar al cuidado del agua con acciones personales que no por pequeñas deben ser desdeñadas, justo al contrario, su simplicidad hace que apenas cuesten esfuerzo y, unidas a las de otras personas, pueden tener un impacto real en nuestro entorno inmediato.
Algunas sugerencias:
Usar un vaso al momento de cepillarse los dientes u otro recipiente para enjuagar navajas de afeitar puede ahorrar hasta 40 litros al día en una familia de cinco integrantes.
Tomar duchas cortas y cerrar el grifo al enjabonarse.
Instalar escusados de bajo consumo.
Reparar cualquier fuga, por pequeña que sea.
Reciclar el agua. El agua sucia que no es apta para consumir puede servir para lavar, y el agua donde se ha lavado la ropa puede ser utilizada para fregar pisos. Además, no olvidar usar las lavadoras con cargas completas.
Al lavar los platos es recomendable enjabonar todos al principio y enjuagarlos después. También utilizar las máquinas lavalozas a su máxima capacidad.
Regar jardines y macetas sólo cuando es necesario y preferentemente temprano o de noche para evitar la evaporación.
El agua de lluvia puede captarse y ser empleada para las labores de riego y otras.
Desinfectar tinacos sin tirar toda el agua que almacenan.
No lavar coches o pisos con maneguera, sino con una cubeta.