Arturo Marvill 8 marzo, 2024
Un partido en el cual se llegaba con la etiqueta de víctima, mas sin embargo sobre el final se convirtió en ganable. Bravos lo tuvo pero una vez más, fue la falta de ese punch final, el que ha faltado durante todo el torneo, lo que impidió que los fronterizos obtuvieran su primera victoria de la temporada. Toluca venía bien, pero aquí estuvo a nada de caer y la falta de atino, un travesaño y una abanicada, evitaron la derrota para los del Estado de México. Los verdes adolecen de la ausencia de sus dos factores ofensivos colombianos que, de estar presentes, es muy probable que el torneo sería otro. Lo positivo: los minutos que estuvo en el terreno de juego, el Palermo Ortiz ya no se equivoco, antes al contrario, donde lo colocaron no se vio nada mal. Lo negativo, los errores atrás y en la definición se siguen dando puntualmente y ya no hay ni margen de error, si es que se pretende salvar la multa.
En el primer tiempo el duelo fue en la media cancha, lo que trababa muchas veces las opciones de gol en ambas escuadras. Bravos fue atrevido ante la verticalidad que el rival venía mostrando en sus últimos partidos. Su gran figura Alexis Vega, quien acostumbraba vacunar a los verdes cada que los enfrentaba, ahora ya no fue factor. El joven Orquín, recientemente rapado por la novatada, una vez más se desempeñó bien en la lateral y se animó varias veces a ir al frente. Pero fue el Toluca el que aprovechó temprano la mala marcación defensiva de los locales, cuando al minuto 16′, el defensa lateral uruguayo Pereira, llega hasta la línea de fondo y al ver que nadie le apretaba, cede al “Canelo” Angulo que encuentra un increíble mar de tranquilidad fuera del área y sin absolutamente nadie que le llegara a impedir el disparo, se da todo el tiempo del mundo para tomar el balón, levantar la mirada y colocar su disparo al ángulo superior derecho que dejó viendo visiones a Sebastián Jurado. Barbieri no podía creer la increíble libertad que tuvo el jugador de los Diablos para disparar. Balde de agua fría para la afición que hizo buena entrada, a pesar de los resultados. Pero Bravos supo responder, pues esta vez no se cayó y agregó unidades al frente para buscar el empate y en esta apertura de espacios, Toluca dejó ir el segundo por parte de Jean Meneses. Y si de errores defensivos hablamos, también los Diablos se equivocaron y de que manera. Al minuto 39′, el paraguayo Juan Escobar intenta salir jugando por en medio, pero su servicio a Jesús canelo Angulo fue infame, débil y sin dirección, lo que aprovecha el incansable Aitor García para robar la pelota, la que se lleva a los linderos del área desde donde suelta un bombazo al ángulo derecho al que no llega Volpi a pesar de su estirada, para un gol de antología del español y la fiesta en las tribunas. Bravos no bajó los brazos y buscó el de la ventaja que no llegó al llegar el silbatazo del “cantante” Guerrero.
En el segundo tiempo Barbieri decidió ingresar al Palermo Ortiz a la cancha, algunos rezos se escucharon, en el lugar de Javier el minion Avella, el cual no estaba dando un mal partido, pero el técnico brasileño decidió ponerle un alto a las llegadas del takeshi Meneses lo cual logró con el ingreso de Ortiz. Por Toluca, Renato Alves decidió sacar a Alexis Vega al ver que no estaba siendo factor. Durante el transcurso de los minutos el balón iba y venía de una área a la otra. Muchos tiros de esquina por ambos bandos, pero fue Bravos quien más cerca estuvo del triunfo, el cual se negó en un disparo de fuera del área de Dieter Villalpando que se estrelló en el travesaño, una terrible abanicada del brasileño Edson da Silva cuando de fuera del área le llegó un balón a modo y un centro candente de Manu Castro en los minutos agregados el cual Michael Santos no pudo rematar en medio de la marca de dos. Los golpes y las jugadas cortadas por los mismos estuvieron a la orden del día en la segunda mitad, lo que provocaba que el partido cayera en continuos baches. Ambos técnicos agotaron todos sus cambios y Fernando “El cantante” Guerrero agregó 6 minutos más, los cuales no fueron suficientes para mover el marcador.
Dentro de una semana, Bravos estará metiéndose al Estadio La Corregidora para medirse a los Gallos Blancos que dicho sea de paso, es otro de los equipos que más empata en el torneo. Sólo lleva dos victorias y una de ellas fue en su cancha. Los fronterizos tendrán una semana para preparar este partido para después tener dos partidos en casa de manera consecutiva, incluyendo el pendiente que tiene ante el Puebla. Les quedan siete partidos, siete finales donde deberán mostrar a la voz de ya, su mejoría en el marcador. Siete encuentros que deberán de ser a muerte si se pretende no pagar esa maldita multa que año tras año acecha y pone toneladas de presión en jugadores y cuerpo técnico, además de la directiva. Ya no hay excusas, ya pasó el tiempo y ese, ya no existe. Llegó la hora de salir del hoyo y dejar de ser un escalón, para apoyarse y pisar en los demás para salir del espeluznante bache. Es hora de provocar que la luz se empiece a asomar en el horizonte