Arturo Marvill 2 marzo, 2024
Que delgada es la línea de estar dando un soberbio partido a caerse de manera brutal en cuestión de minutos, sobre todo para Bravos del FC Juárez. ¿Será que aparte de entrenar requieren de un psicólogo? La concentración no dura y son sólo segundos los que los fronterizos requieren para entregar un partido. Se vuelven a observar cosas positivas y evolución de la oncena verde, entre ellas es que Barbieri tal vez haya descubierto un diamante en bruto en la figura del lateral Ralph Orquín, que jugó en lugar del montenegrino Vuckcevic, de quien para nada se le extrañaron sus extravíos en la marca. El joven Orquín con este partido pudo haberle establecido al entrenador brasileño, una pauta para considerar a los jóvenes que reciben muy pocos minutos. Y el montenegrino ya puede estar preocupado después de hoy. Sebastián Jurado, gran figura de los partidos anteriores, hoy pasó de un tiempo a otro de ser héroe a villano. Y siguen cayendo por cascadas los errores de concentración que, al final de cuentas, son los que provocan las derrotas. Y la multa, en el horizonte ensombreciendo el panorama del equipo de la frontera más fabulosa y bella del mundo.
En el primer tiempo, sobre todo los primeros 20 minutos, fueron de terror para los verdes, con unos juveniles Tuzos que corrían y generaban jugadas de gol como demonios. Fueron 5 en apenas 10 minutos, por lo que parecía que no tardaría en caer el primero de los locales. Pero Jurado volvió a ser factor, para bien, porque en el segundo tiempo fue para mal. Fue tanto el despliegue vertiginoso de Pachuca que la exigencia para Bravos fue demasiado, lo que tal vez haya provocado una inesperada lesión del brasileño Edson da Silva, que lo obliga a salir para darle entrada al uruguayo Manu Castro. Y pareciera que esa era la solución. Castro provoca una revolución de orden hacia el frente y le empieza a robar la pelota a los de Hidalgo, para por lo menos apaciguar el vendaval de los Tuzos de los primeros minutos. Ya por lo menos hay una insinuación de ataque, aunque un tanto tímida de los fronterizos, que si bien no culmina en jugadas, al menos se quitaron de encima a los locales que corrían tanto, que pareciera no hubieran pasado con éxito en antidoping. Otro logro fue que los verdes de alguna manera con el paso de los minutos, lograron neutralizar al peligrosísimo holandés Idrissi, que es la actual sensación extranjera del futbol mexicano. Juárez finalmente lograba sopesar el veloz ataque en contra y llevarlo sin daño hasta finalizar la primera parte.
En el segundo tiempo el orden siguió, tanto que ya hubo más clara intención de ofender por parte de los verdes, tanto así que fueron ellos los que inauguraron el marcador. Al minuto 49′, Orquín traza balón hacia el frente por el costado para encontrar a Aitor, que se lleva la pelota con todo y la marca del defensa Berlanga. Al llegar a los linderos del área manda un tiro centro hacia la portería que tapa por completo al juvenil portero José Eulogio que sólo ve como el balón pasa por encima de él y pega en el poste y se introduce hacia las redes para el silencio sepulcral en el Estadio Hidalgo. Todavía minutos más adelante, Saldívar tuvo otra que no pudo concretar, lo que hubiera sido una brutal explosión en el estado de animo de Bravos. Pero no sucedió y los minutos transcurrían. Almada le gritaba al arbitro, pero más a sus jugadores y tuvo que echar mano de su arsenal ofensivo que tal vez lo tenía en reserva para el partido entre semana de la Concachampions. Bravos seguía llegando y es entonces que el técnico uruguayo decide ingresar a su pesos pesados de la ofensiva: Salomón Rondón, Nelson Deossa y la Chofis López y su presencia se nota. Pero es hasta el minuto 73′ cuando la efectividad en los cambios se refleja en el marcador, cuando en un cobro de tiro libre, en lugar de centrar al área, el balón va hacia el otro extremo donde Erick “Chiquito” Sánchez recibe, aprovechando que toda la defensa estaba arremolinada en la zona cercana al manchón de penal, se quita una marca y suelta un disparo raso y sólido que sorprende a Jurado hacia su izquierda y pegado al palo al cual no llega, para el empate a 1 y la pirotecnia de la portería. Tan sólo dos minutos después, al 75′ y a tres cuartos de cancha, sí, desde tres cuartos de cancha recibe el balón el colombiano Nelson Deossa y desde ahí, saca un kilométrico disparo que Jurado se devora por completo y se lanza increíblemente tarde para un gol que jamás debió serlo. De dar un gran primer tiempo, Jurado se convirtió en el villano de la película fronteriza. En tan solo dos minutos, de ese gran partido que se daba, ya era otra derrota más. Pero Pachuca quería cerrar el partido. Y lo hizo. Al minuto 82′, en un contragolpe de solo dos, el Chiquito Sánchez se lleva la pelota acompañado por Salomón Rondón, cerca del área, trompicandose y todo, Sánchez le cede al venezolano y este, entre tres defensas de Bravos, saca un disparo pegado al poste izquierdo que Jurado sólo ve pasar que se mete a la portería para el 3-1. Aún así, los verdes reaccionaron y fueron a buscar el descuento, el cual se logró minuto al 84′, cuando Aitor cede en los linderos del área a un Diego Campillo que había entrado de cambio y se había lanzado al ataque arengado por Barbieri, de fuera del área suelta un bombazo a portería que toma mal parado al portero Eulogio, que de primera impresión parecía que pudo haber hecho más por esa pelota, pero que entra por arriba cercano al ángulo para poner decoroso el marcador. Todavía Juárez se lanzó por el empate y cerca del final Michael Santos lo tuvo en sus pies, pero abanicó un centro raso que venía del costado derecho por parte del debutante con Bravos Jairo Torres. El silbatazo final de Abraham de Jesús Quirarte fue de alivio y celebración para los asistentes.
El próximo viernes seguirá esta andanada de pruebas duras para el sistema Barbieri, cuando Bravos reciba al Toluca que ha venido cuesta arriba en los últimos partidos, tanto que están ya en el top 5 de la tabla general. Mucho que trabajar para Barbieri todavía. Mejoría se sigue dando, pero sigue sin alcanzar. Se tiene un partido pendiente. Mucho que practicar, mucho que platicar. Este equipo requiere de tiempo, pero este no es eterno. Las posibilidades se agotan y eso, afecta en lo psicológico también. Aún se puede salvar la multa, aunque eso requiera de tener que ganar la mayoría de puntos en disputa. Partido a partido, la ofensiva cuaja mejor, se equilibra más de media cancha hacia el frente. Pero la desconcentración a la defensiva nunca falta en ningún partido y eso, destroza todo lo bueno que se haya podido hacer. No hay duda, se tiene mucho plantel para dejar de estar batallando en lo profundo de la tabla. Los enroques parece comienzan a funcionar. Sólo esperamos, no sea demasiado tarde