Las Garzas del Tata Martino rescataron un punto en su visita a LA: Leo la metió en tiempo de descuento para el 1-1.
Por Matías Ortiz 25/02/2024
Leonardo Di Caprio, Jennifer Aniston, Justin Bieber, Nicole Kidman, Lebron James, Cameron Díaz y Adam Sandler son algunas de las tantas figuras emblemáticas de Los Ángeles. Sin embargo, ninguna estrella brilla tanto como Lionel Messi. Y a pesar de ya no deslumbrar como en el Viejo Continente, el astro argentino se ha encargado de mantener viva su leyenda en los Estados Unidos. Ante Los Angeles Galaxy, quizás la franquicia más grande de la Major League Soccer, Leo frotó la lámpara y rescató al Inter Miami de un partido en el que le salió todo mal. Un 1-1 con sabor a victoria. Pero no tienen que dejarse engañar: hay mucho (muchísimo) por mejorar de cara a una temporada que será larguísima.
Gerardo Martino apostó por el 11 que había ganado, apenas unos días atrás, en Florida. Con la tenencia de balón como medio para lastimar, el Inter se paró en un 4-3-3 que fue mutando. Un 3-2-4-1 a la hora de progresar, con Sergio Busquets metiéndose entre los centrales y los laterales garantizando la amplitud. Pero también un 4-4-2 en repliegue, conscientes de que tanto Leo como Lucho debían estar desligados de la recuperación. Sin embargo, así como las Garzas se ajustaron al plan que le dio resultados ante Real Salt Lake, también repitieron errores impropios de un equipo que aspira a ir por todo en la MLS.
La imprecisión fue una constante en las Garzas: ni Tomás Avilés, ni Sergiy Kryvtsov, ni Jordi Alba, ni Busquets dieron garantías de una salida limpia. En consecuencia, la pelota difícilmente llegaba a los pies de Leo, obligándolo a retrasar su posición conforme iban pasando los minutos: de estar al lado de Suárez a jugar entre líneas, para terminar sacándosela de los pies al volante español. Poco peligro podría causar un Messi a 40 metros del arco contrario, más allá de algún que otro balón al espacio. La frustración del 10 estaba a la vista, teniendo su primera chance a los 30′ PT y entrando sin sentido en una pelea con Edwin Cerrillo. No pasaría a mayores.
Las Garzas estaban para el cachetazo, el bife y un cross de derecha al mentón. El plan del conjunto de Greg Vanney fue muy claro desde el inicio: las dudas en las salidas del Inter debían ser castigadas con el ingenio de Riqui Puig (de gran nivel como en sus épocas del Camp Nou) y la velocidad de Joseph Paintsil y Diego Fagúndez. Y así fue. El cambio de ritmo de los extremos desorbitó a un Inter Miami que claramente tenía dos marchas menos. Pudieron ser uno, dos, tres o hasta cuatro goles en la bolsa. Pero la humanidad de Drake Callender permaneció inmaculada: a Riqui Puig le tapó un penal, le desvió un remate que terminó impactando en el travesaño y privó del festejo a Paintsil en dos oportunidades.
El Inter cambió el chip para el segundo tiempo y salió de manera voraz a por la victoria. En apenas dos minutos ya se vio otra cada de las Garzas, posicionándose 15 metros más adelante en el campo y generando varias situaciones que exigieron al arquero John McCarthy. No obstante, en el mejor momento del equipo del Tata, el Galaxy golpeó: Riqui Puig comandó un contragolpe que terminó con un remate, el rebote de Callender y la asistencia de Marky Delgado para que Dejan Joveljic defina ante el arco vacío. La única manera de que Los Angeles abra el marcador…
Pero la suerte del Inter cambió a los 88′, con la expulsión por doble amarilla de Delgado, la cual obligó a Los Angeles a meterse en la cueva y esperar un posible contragolpe. Es entonces que Leo pudo, finalmente, pisar 3/4 con libertad y elaborar, junto a Jordi, un gol «made in Barcelona». Avisó minutos antes, con un remate que pasó cerca del palo izquierdo. Y en el 92′, firmó el 1-1: recuperó la pelota, tiró una doble pared con Alba (ya abocado al ataque como un wing izquierdo) y la empujó al gol. ¿Merecido? No tanto. Pero así es Messi.
El empate tuvo más gusto a victoria que a derrota. El Inter Miami estuvo a centímetros de volverse a Fort Lauderdale con una derrota en la valija. Al final, regresará al Chase Center con un puntito, pero que no le servirá de mucho en el futuro si sigue comiendo los mismo errores de siempre: falta de velocidad en la circulación, incapacidad de encontrar al hombre entre líneas y mal cobertura de los grandes espacios a las espaldas de los centrales. Messi podrá resolver el problema. Una. Dos. Tres veces. Pero, en algún momento, el equipo deberá dar un paso adelante. Cuatro puntos de seis. A seguir