Algunas grasas pueden beneficiar el buen funcionamiento del corazón y otras son nocivas para la salud
Las grasas monoinsaturadas ayudan al corazón y a reducir el colesterol malo
1 de febrero, 2024
Las enfermedades cardiovasculares se han convertido en la principal causa de muerte en todo el mundo. Cifras recaudadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) sugieren que esta patología ha provocado más de 17 millones de defunciones al año; es por ello que cuidar el corazón a través de una buena alimentación se ha convertido en algo esencial.
La alimentación es fundamental para cuidar la salud cardiovascular. Entre los alimentos que se consumen a diario, las grasas están en la lista de los más importantes para afectar el funcionamiento del carazón.

Constituyen una fuente de ácidos grasos de la serie omega 3 que se han catalogado como saludables.
¿Cuáles son los tipos de grasas?
Cualquier fuente alimenticia que pueda considerarse como grasa (mantequilla o aceites, etc) contienen ácidos grasos; estos se dividen en tres tipos: monoinsaturados, poliinsaturados y saturados. Las grasas trabajan de distintas formas al cocinar y hornear, de allí la forma en la que pueden afectar la salud, reseña Mayo Clinic.
Grasas monoinsaturadas: estas son líquidas cuando se encuentran a temperatura de ambiente, pero pueden tomar una contextura semisólida o turbia una vez que entran en contacto con temperaturas más bajas, como la del refrigerador. Estas pueden sustituir a las saturadas y ayudar a mejorar los niveles de colesterol en la sangre, así como el riesgo de enfermedades cardíacas. Dos de los alimentos más conocidos con este tipo de grasas son el aceite de oliva y el aceite de maní.
Grasas poliinsaturadas: estas se mantienen líquidas en cualquier temperatura. Cuando estas se usan en lugar de las grasas saturadas, optimizan los niveles de colesterol en la sangre, también disminuyen el riesgo de enfermedades cardíacas, pues tienen ácidos grasos omega 3. Entre los alimentos más conocidos están el aceite de canola, el aceite de girasol y el aceite de nuez.
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Grasas saturadas: son sólidas cuando se encuentran a temperatura de ambiente y cuando se consumen en exceso, pueden elevar el colesterol e incrementar el riesgo de enfermedades cardíacas. Ejemplos de esta son la mantequilla y la mantecade cerdo.
Grasas trans: este tipo de aceite se hace sólido a temperatura de ambiente e incluso puede hallarse naturalmente en algunas carnes y lácteos. Incrementan el colesterol malo (LDL) y reduce el bueno (HDL). Su consumo está asociado al riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.
Cuáles son las grasas que cuidan el corazón
Los tres aceites que pueden cuidar el presupuesto y el corazón a la hora de cocinar y hornear son: los aceites de oliva, aceite de canola y el aceite de nuez