Es bueno que se den estos beneficios a los trabajadores, lo malo es que todo se lo estén cargando a las empresas.
Este es un cargo que tiene que ver con seguridad social y salud y por eso tiene que ser absorbido por el IMSS.
Las empresas que sobrevivimos al Covid y todos los malos manejos que hizo el gobierno en la pandemia quedamos en una situación crítica.
Si nos siguen cargando gastos muchos de nosotros vamos a terminar cerrando nuestras empresas, terminando con las pocas fuentes de empleo nacionales que aún tenemos en el país, y dando paso a una mayor dependencia económica de otros países.
En los últimos 5 años, los precios de los insumos que utilizamos para producir han subido un 30%.
Los energéticos no han parado de subir.
El salario ha subido desde los 88 pesos a los 375 pesos, lo que significa un 300 por ciento.
Aumentaron los días de vacaciones y ese es un costo que se nos fue al doble a las empresas.
Estos últimos incrementos se hicieron sin consultarnos, sin estudios previos, igual que esta nueva prestación de la licencia de paternidad, que debió ser cargada al IMSS y no a los empresarios.
Las empresas nos las hemos arreglado para hacer que esto funcione y para darle a los trabajadores lo que el gobierno está pidiendo sin hacer un estudio de cómo estamos las empresas y cuáles son nuestras necesidades.
Para las pequeñas y medianas empresas son cargas demasiado grandes. Estas políticas del gobierno no afectan a la gran empres porque tiene solvencia.
Sin embargo, todas estas ideas salidas de políticos que no tienen ni idea de lo que es manejar una empresa, han venido terminando con la capacidad de las Pymes.
Cada vez es más difícil sostener a la plantilla laboral, ya ni hablemos de utilidades.
Los políticos no deben seguir haciendo cambios de este tipo sin consultar a las PyMEs.
Tenemos encima la amenaza de la reducción de la jornada laboral, que representa un aumento de al menos 20% en los costos.
Y aparte tenemos la amenaza de que dupliquen el aguinaldo.
Estos dos cambios provocarían el cierre de miles de empresas familiares que son fuente de empleo de millones de personas en todo el país.
No se vale que hagan estos cambios sin hacer estudios previos. No se vale decir que la Iniciativa privada no presentó argumentos.
Necesitamos gobernantes y políticos conscientes de que los encargados de generar la riqueza somos las empresas, y que necesitamos condiciones para crecer y desarrollarnos.
Un país sin empresas propias es un país pobre. No queremos llevar a México a ser un país sin empresas.
Lo que necesitamos son políticas que fortalezcan a las empresas. Una vez que tengamos empresas fuertes estaremos en la capacidad de pagar cada vez mejor a nuestros colaboradores.
Hacerlo al revés significa tronar a las empresas y es lo que están haciendo. No se vale.