El presidente ruso advierte del uso de «todos los medios» en caso de «amenaza a la integridad territorial» rusa y subraya que «no es un farol».
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, advirtió a aquellos países que llevan a cabo «chantaje nuclear» contra Moscú de que «el viento podría soplar en su dirección», al tiempo que denunció que «el objetivo de Occidente es debilitar, dividir y finalmente destruir» Rusia.
«No hablamos únicamente de los ataques con artillería contra la central nuclear de Zaporiyia, que son incitados por Occidente y amenazan con una catástrofe nuclear, sino también de las afirmaciones de algunos altos cargos de los principales países de la OTAN sobre la posibilidad y lo aceptable que sería usar armas de destrucción masiva contra Rusia», planteó.
Rusia tiene medios de destrucción
«Quiero recordar a los que se permiten hacer esas declaraciones sobre Moscú que nuestro país también tiene diversos medios de destrucción y que algunos componentes son más modernos que aquellos con los que cuentan los países de la OTAN», advirtió.
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«Ante una amenaza a la integridad territorial de nuestro país, para proteger a Rusia y a nuestro pueblo, usaremos todos los medios a nuestra disposición. No es un farol. Lo repito. Todos los medios a nuestra disposición», recalcó.
En este sentido, sostuvo que los países occidentales «dicen abiertamente que en 1991 fueron capaces de dividir la Unión Soviética y que ahora le ha llegado el momento a Rusia, que debe dividirse en muchas regiones con una hostilidad mortal entre ellas». «Han estado trazando estos planes desde hace mucho tiempo», indicó.
Occidente usa a los ucranianos como «carne de cañón»
«Animaron a bandas de terroristas internacionales en el Cáucaso, acercaron a nuestras fronteras la infraestructura ofensiva de la OTAN. Convirtieron la rusofobia en su arma, incluidas décadas de cultivo del odio a Rusia, principalmente en Ucrania», dijo, antes de argumentar que los ucranianos han sido convertidos «en carne de cañón» al «desatar esta guerra en 2014, usando a las Fuerzas Armadas contra la población civil, organizando un genocidio, un bloqueo y terror contra la gente que se negó a reconocer el poder que surgió en Ucrania como resultado de un golpe».
«Después de que el régimen de Kiev rechazara públicamente una resolución pacífica al problema en el Donbás y anunciara que quería hacerse con armas nucleares, quedó absolutamente claro que, como había pasado dos veces antes, era inevitable un ataque a gran escala contra el Donbás, lo que inevitablemente derivaría en un ataque contra la Crimea rusa y contra Rusia», explicó.
Seguirá lucha contra neonazis
Putin defendió nuevamente la «operación militar preventiva», término con el que se ha referido a la orden de invasión, y ha ensalzado que «la República Popular de Lugansk ha sido casi totalmente limpiada de neonazis».
«Los combates continúan en la República Popular de Donetsk, donde durante ocho años el régimen de ocupación de Kiev creó una línea profundamente escalonada de fortificaciones», detalló.
«Un asalto frontal hubiera derivado en grandes pérdidas, así que nuestras unidades y las unidades militares de las repúblicas del Donbás actúan de forma sistemática, de forma competente, usando equipamiento, protegen al personal y liberan la tierra de Donetsk paso a paso, limpiando ciudades y aldeas de neonazis y dan ayuda a gente que el régimen de Kiev convirtió en rehenes, en escudos humanos», agregó.
«Washington, Londres y Bruselas están empujando directamente a Kiev para que traslade las operaciones militares a nuestro territorio. Ya no esconden que Rusia debe ser derrotada por todos los medios en el campo de batalla, seguido por la privación de toda soberanía política, económica y cultural», finalizó Vladímir Putin.