El expresidente fue acusado de llevarse documentos secretos a su residencia
La mansión del expresidente Donald Trump en Mar-a-Lago, Palm Beach (Florida), en una imagen de archivo.
La mansión del expresidente Donald Trump en Mar-a-Lago, Palm Beach (Florida), en una imagen de archivo.
El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha asegurado este lunes que agentes del FBI, la Oficina Federal de Investigación, han entrado para practicar un registro en su mansión de Mar-a-Lago, en Palm Beach (Florida).
Trump está inmerso en varios casos judiciales. Está bajo el escrutinio del Departamento de Justicia por sus intentos de alterar los resultados de las elecciones de 2020 y hace unos meses surgieron sospechas de que se había llevado a Mar-a-Lago documentos oficiales clasificados como secretos.
El registro, según dos fuentes familiarizadas con la investigación que cita The New York Times, parece centrarse precisamente en el material que Trump se había llevado a Mar-a-Lago después de abandonar la Casa Blanca y que podría incluir cajas con documentos clasificados. Trump tardó meses en devolver 15 cajas con documentos que le habían sido reclamadas por los Archivos Nacionales. El registro cuenta con orden judicial, como es preceptivo, según The Washington Post.
Ni el FBI ni el Departamento de Justicia, del que depende, han dado explicaciones sobre la actuación. Ha sido el propio Trump el que ha asegurado a través de un comunicado, que su casa “está actualmente bajo asedio, allanada y ocupada por un gran grupo de agentes del FBI”. “Nunca le había ocurrido nada parecido a un presidente de Estados Unidos”, ha escrito Trump. Algo así, ha añadido, “solo podría suceder en países rotos del Tercer Mundo”.
“Después de trabajar y cooperar con las agencias gubernamentales pertinentes, esta incursión no anunciada en mi casa no era necesaria ni apropiada”, afirma Trump, que añade: “Se trata de una mala praxis de la fiscalía, de la militarización del sistema de justicia y de un ataque por parte de los demócratas de la izquierda radical que no quieren desesperadamente que me presente a la presidencia en 2024, sobre todo a raíz de las últimas encuestas, y que igualmente harán cualquier cosa para detener a los republicanos y a los conservadores en las próximas elecciones de mitad de mandato”.
“¿Cuál es la diferencia entre esto y el Watergate, donde los operativos irrumpieron en el Comité Nacional Demócrata? Aquí, al revés, los demócratas irrumpieron en la casa del 45º presidente de Estados Unidos”, señala Trump.
Mar-a-Lago es un complejo que fue construido en estilo arquitectónico español entre 1924 y 1927 por la heredera multimillonaria y filántropa Marjorie Merriweather Post, que a muerte, en 1973, la legó al Servicio de Parques Nacionales, con la esperanza de que pudiera utilizarse para visitas de Estado o como un lugar de descanso invernal para los presidentes de Estados Unidos. Sin embargo, como los costes de mantenimiento superaban los fondos aportados por Post y era difícil asegurar las instalaciones (al estar situadas en la trayectoria de vuelo del aeropuerto de Palm Beach), la propiedad fue devuelta a la Fundación Post por una ley del Congreso en 1981. En 1985 fue comprada por Donald Trump por unos 10 millones de dólares y siguió usándola al convertirse en presidente en 2017. El complejo de 126 habitaciones y 10 000 metros cuadrados también contiene el exclusivo Mar-a-Lago Club. La familia Trump mantiene su vivienda privada en un área cerrada de la casa y los jardines.
El registro de la mansión de Trump, aparentemente relacionado con el hecho de haberse llevado papeles secretos a la misma, llega en el mismo día en que el medio Axios ha publicado unas imágenes de notas lanzadas al retrete que asegura que son papeles de los que el entonces presidente se deshacía.
Varios medios han acusado a Trump de incumplir las leyes de mantenimiento de registros presidenciales y de romper documentos, borradores e informes después de leerlos. Las fotografías en cuestión van a ser publicadas en el libro Confidence Man, de Maggie Haberman, una periodista del diario The New York Times.
Un portavoz de Trump ha señalado a Axios como respuesta a la publicación de las fotografías que hay que estar «muy desesperado por vender libros si las fotos de un papel en una taza de inodoro son parte de tu plan de promoción».