La Compañía de Jesús expresó que dada la ausencia del Estado en la región, es indispensable que las fuerzas federales continúen presentes de forma provisional.
El pasado 20 de junio Joaquín César Mora Salazar, de 80 años, y Javier Campos Morales, de 79, sacerdotes jesuitas, fueron asesinados dentro del templo de Cerocahui en el municipio de Urique.
sacerdotes jesuitas Javier Campos, “El Gallo”, y Joaquín César Mora Salazar, “El Morita”
, en Cerocahui, Chihuahua, la Compañía de Jesús en México continúa exigiendo justicia por estos crímenes, y lanzó un llamado a las autoridades para revertir las causas de la violencia que prevalece en la Sierra Tarahumara.
A través de un comunicado, publicado este martes, la comunidad jesuita expresó que de prevalecer la impunidad de estros crímenes, «no será posible avanzar hacia la reconciliación y la paz».
«Durante este mes, hemos manifestado a las autoridades de los diferentes niveles de gobierno que para la Compañía de Jesús es prioritario que se garanticen los derechos de las comunidades rarámuri. La atención que sobre la región ha generado este lamentable hecho que sacudió al país no puede ser coyuntural: se deben revertir las causas estructurales de la violencia en la Sierra, que prevalecen desde hace décadas», señaló la Compañía en el comunicado.
(Misa organizada por la comunidad religiosa de la Ciudad de México por el asesinato de los padres jesuitas Javier Campos y Joaquin Mora)
“Gallo” y “Morita”, los jesuitas que dieron su vida por la Tarahumara Ambos sacerdotes rondaban los 80 años. Además de eso compartían su vocación por ayudar a otros, incluso hasta sus últimos minutos.
La comunidad jesuita resaltó además que «dada la ausencia de Estado en la región, es indispensable que continúen presentes de forma provisional las fuerzas federales», bajo protocolos adecuados para interactuar con las culturas indígenas y asegurando el respeto de los derechos humanos, al menos hasta que se reconstruyan las condiciones de paz en las comunidades de la Sierra Tarahumara.
En el comunicado, que fue compartido en redes sociales, la comunidad jesuita insistió en que «hoy más que nunca es indispensable caminar en conjunto con diálogo, privilegiando la atención de preferencial a los más pobres».
«Reiteramos el llamado que hemos hecho a abrir espacios de diálogo para revisar la actual política de seguridad», enfatizó.
Aunado a este comunicado, la Compañía de Jesús también lanzó un micrositio en memoria del sacerdote «Gallo» y «Morita» por haber «ofrendado sus vidas junto a Pedro Palma, como muchas otras personas, por la vida digna de la Sierra Tarahumara».
El pasado 25 de junio, integrantes de la comunidad jesuita ya habían pedido al presidente Andrés Manuel López Obrador revisar el proyecto de seguridad de «abrazos y no balazos» que se ha implementado en el país durante su administración.
En respuesta, López Obrador aseguró en que su estrategia de seguridad está dando resultados y muestra de ello es que los delitos del fuero federal han ido a la baja.
(Misa organizada por la comunidad religiosa de la Ciudad de México por el asesinato de los padres jesuitas Javier Campos y Joaquin Mora)
“Gallo” y “Morita”, los jesuitas que dieron su vida por la Tarahumara Ambos sacerdotes rondaban los 80 años. Además de eso compartían su vocación por ayudar a otros, incluso hasta sus últimos minutos.
Durante todo este mes de julio, la comunidad jesuita y católica de México continúan realizando distintas actividades en el marco de la Jornada de Oración por la Paz, esto ante los asesinatos y desapariciones que todos los días se cometen en México, y tras el asesinato de los sacerdotes.
Sobre este caso, hasta ahora han sido detenidos 13 hombres vinculados a José Noriel Portillo “El Chueco”, señalados por el homicidio de los sacerdotes jesuitas, según informó el subsecretario de Seguridad, Ricardo Mejía, el pasado 14 de julio.
“El Chueco” es considerado como objetivo prioritario por autoridades de Chihuahua. Se le señala como responsable de generar violencia y querer desestabilizar la región occidente de la entidad.
El último detenido fue Alfredo Evaristo “N”, alias el “Chino”, quien pertenece al grupo criminal de “El Chueco”.
Desde el 22 de junio pasado, la Fiscalía General de Chihuahua ofrece una recompensa de hasta 5 millones de pesos a quien aporte información “veraz, eficaz, eficiente y útil” que ayude a la captura de José Noriel Portillo Gil, quien al día de hoy continúa prófugo.