La celebración ya cuenta con más de 90 años de antigüedad, distintos festejos que tienen lugar en México, destaca entre sus pares el Día del Estudiante, en que se rinde honor a aquellos alumnos que lucharon por la educación en el país. Pero, ¿cuál es el origen de esta efeméride y por qué se celebra cada 23 de mayo a diferencia de otras partes del mundo? Aquí los detalles.
De manera regular, países de Sudamérica tienen como fecha electa para el Día del Estudiante el 21 de septiembre, la cual normalmente coincide con la llegada de la primavera en la región austral del planeta. En México, en cambio, esto sucede en un momento distinto debido a hechos históricos que lo vinculan con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Según narra El Financiero, todo sucedió gracias a un movimiento estudiantil ocurrido en 1929 por estudiantes de la entonces Universidad Nacional de México, actual UNAM. Estos se manifestaron en favor de la autonomía de la institución, lo cual fue ignorado y a cambio se aumentó un año de bachillerato, además del cambio en exámenes profesionales en la Facultad de Derecho.
El alumnado, en respuesta
una huelga general en la que banderas rojinegras fueron colocadas en la Facultad en cuestión. El entonces presidente, Emilio Portes Gil, exigió su cierre el 9 de mayo, lo cual elevó la tensión y desencadenó en un enfrentamiento el 23 de mayo. ¿El resultado? Varios estudiantes heridos durante el conflicto.
“José Manuel Puig Casauranc, jefe del entonces Departamento del Distrito Federal, se ofreció como intermediario en las negociaciones ante el Presidente”, señala el registro de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) sobre lo sucedido. Más adelante, el 25 de mayo, Puig Casauranc instó al Presidente a escuchar los reclamos de los estudiantes y consolidar el 23 de mayo como el Día del Estudiante en honor a los jóvenes heridos.
Así, el mandatario accedió a las demandas y a ello se sumó la orden de colocarle el nombre de Plaza 23 de mayo en placas de la Plaza de Santo Domingo. Así, tras la marcha de más de 15 mil estudiantes en la Ciudad de México el 27 de mayo, en que exigían la autonomía de la UNAM, Portes Gil aceptó dos días más tardes hasta la aprobación de la ley orgánica el 10 de julio de 1929.