Hace 75 años, un grupo de especialistas creó el Boletín de los Científicos Atómicos, una publicación que busca alertar sobre el fin del mundo.
El proyecto, fundado en 1945 por Albert Einstein y los científicos de la Universidad de Chicago que ayudaron a desarrollar las primeras armas atómicas en el Proyecto Manhattan, creó el Reloj del Juicio Final, como una herramienta que busca crear conciencia de las amenazas que enfrenta el planeta y la humanidad.
El Reloj del Juicio Final o del Fin del Mundo lo establece cada año la Junta de Ciencia y Seguridad del Boletín en consulta con su Junta de Patrocinadores, que incluye a 11 premios Nobel. El Reloj se ha convertido en un indicador universalmente reconocido de la vulnerabilidad del mundo a las catástrofes provocadas por las armas nucleares, el cambio climático y las tecnologías disruptivas en otros dominios.
La última actualización del Reloj del Fin del Mundo (también llamado reloj del Apocalipsis) se realizó en marzo de 2022, cuando la Junta de Ciencia y Seguridad emitió una nueva declaración a raíz de la invasión rusa de Ucrania.
De acuerdo a este reloj, estamos a solo 100 segundos del fin del mundo. Hay que señalar que este reloj no hace referencia al tiempo de forma literal, se trata de una medición simbólica que nos alerta de lo cerca que estamos de destruir las condiciones que hacen posible la vida en el planeta.
El reloj del juicio final o del fin del mundo no hace referencia a un tiempo concreto correspondiente con años o décadas. Este cronómetro simbólico no pretende ser tanto un augurio de autoaniquilación como una llamada de atención para revertir el sentido de las manillas hacia modelos menos dañinos para la sociedad y el planeta, explica Raúl Limón en un artículo publicado por el diario español El País.
Y entonces, ¿cuánto tiempo le queda a la Tierra?
La pregunta no tiene una respuesta sencilla. El planeta Tierra es probable que viva miles de años más. (Algunas teorías señalan que el fin de nuestro planeta será en 5,500 mil millones de años, cuando el Sol entre en una fase de expansión).
Un estudio publicado en marzo pasado alerta que el oxígeno de la atmósfera terrestre durará mil millones de años. La investigación, publicada en Nature Geoscience, fue realizada por realizada por Kazumi Ozaki de Toho University, en Funabashi, Japón, y Chris Reinhard del Georgia Institute of Technology, en Atlanta, Estados Unidos.
Sin embargo, nosotros como especie y el resto de la biodiversidad que lo habita es probable que desaparezca antes si no se detiene el grave deterioro ambiental que ha sido provocado por el ser humano.
2030 se ha convertido en una fecha clave en la conservación del planeta. Los Acuerdos de París han establecido ese año como la fecha para disminuir las emisiones netas globales de dióxido de carbono en un 45% respecto de los niveles de 2010.
Los compromisos climáticos nuevos y actualizados están muy por debajo de lo que se necesita para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París, lo que deja al mundo en camino a un aumento de temperatura global de al menos 2,7 °C para este siglo, según el Informe sobre la Brecha de Emisiones 2021, lanzado hoy por el del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
Las contribuciones determinadas a nivel nacional nuevas y actualizadas solo evitan un 7,5% de las emisiones previstas para 2030, pero se necesita una reducción de 55% para cumplir con el objetivo 1,5 °C del Acuerdo de París.
La NASA explica que la temperatura promedio de la superficie del planeta ha aumentado aproximadamente 2,12 grados Fahrenheit (1,18 grados centígrados) desde finales del siglo XIX.
Este incremento en la temperatura ha sido provocado “en gran medida por el aumento de las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera y otras actividades humanas. La mayor parte del calentamiento se produjo en los últimos 40 años, con los siete años más recientes siendo los más cálidos. Los años 2016 y 2020 están empatados por ser el año más cálido registrado”.
La NASA explica en su sitio algunas de las graves evidencias de este fenómeno son los fenómenos climatológicos cada vez más extremos. La sequía o lluvias intensas ya no son hechos atípicos, cada vez más se convierten en lo cotidiano.
Otras consecuencias de este aumento de calor son:
Océanos que se calientan
Capas de hielo que se encogen
Retroceso glacial en casi en todas partes del mundo, lo que incluye a los Alpes, el Himalaya, los Andes, las Rocallosas, Alaska y África.
El nivel de los mares del mundo aumentó alrededor de 8 pulgadas en el último siglo.
Reducción del hielo marino ártico. Tanto la extensión como el espesor del hielo marino del Ártico se han reducido rápidamente durante las últimas décadas
Doodle de Google
En su doodle, Google muestra animaciones que permiten visualizar la gravedad del avance del cambio climático.
Utilizando imágenes de lapso de tiempo real de Google Earth Timelapse y otras fuentes, el Doodle muestra el impacto del cambio climático en cuatro lugares diferentes de nuestro planeta. Estén atentos durante todo el día para ver estas escenas, cada una de las cuales permanece en la página de inicio durante varias horas a la vez.