En tanto que los agentes de inmigración continúan transportando a algunos más de los miles de migrantes acampados en esta ciudad fronteriza a otros centros de procesamiento o de regreso a sus países de origen, los policías estatales –state troopers– han creado un “muro de acero” de varias millas de largo, compuesto por vehículos de patrulla, para disuadir a más personas de cruzar el Río Grande hacia un campamento debajo del puente internacional Del Río.
Hasta 15 mil migrantes, muchos de ellos haitianos, han cruzado el río en busca de asilo en los últimos días, pero el martes por la mañana ese número se había reducido a un estimado de 6 mil 200 acampando debajo del puente, según el sheriff del Condado de Val Verde, Joe Frank Martínez.
No está claro bajo qué criterio los funcionarios federales deciden qué migrantes pueden solicitar asilo y cuáles son trasladados de regreso a sus países de origen, pero en una parada de un autobús chárter en una estación de servicio aquí, a muchos de los migrantes se les admitió en el país mientras se determina si recibirán asilo. Quedan pendientes las familias con niños pequeños y mujeres embarazadas.
Muchos de ellos tenían boletos amarillos numerados y mencionaron que los agentes de la Patrulla Fronteriza los clasificaron por boletos de colores: amarillo para grupos que incluyen mujeres embarazadas, azul para familias con niños y rojo y verde para hombres y mujeres solteros.
“Probablemente se les dará un aviso a los que tienen hijos para que se presenten [en la corte de inmigración], y luego a los demás… no sé qué van a hacer”, dijo Martínez.
Agregó que hay 700 policías estatales patrullando cerca del campamento de migrantes y alrededor de la ciudad mientras los agentes de inmigración trabajan para sacar a los que están debajo del puente. Algunos son enviados a otros centros de procesamiento de inmigrantes en El Paso, Laredo y Weslaco, comentó Martínez.
World Central Kitchen, una organización sin fines de lucro que proporciona alimentos a las personas generalmente después de desastres naturales, ha comenzado a preparar alimentos para los migrantes restantes.
El domingo, el jefe de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, Raúl L. Ortiz, nativo de Del Río, dio a conocer que no había más migrantes cruzando el río hacia el campamento. Un portavoz de la Patrulla Fronteriza no respondió a un correo electrónico con una pregunta sobre si se han producido más cruces desde entonces. Martínez dijo que los números han disminuido, pero que alrededor de 50 familias o personas recibieron boletos el martes por la noche.
Impulsa agenda de Abbott
El gobernador de Texas, Greg Abbott, le dio crédito al “muro de acero” de los vehículos del Departamento de Seguridad Pública por detener a los migrantes.
“Un día, muchos cruzaron la frontera, y ese mismo día el Departamento de Seguridad Pública de Texas colocó todos estos vehículos del DPS”, dijo Abbott durante una conferencia de prensa cerca del campamento el martes. “Y de repente, en un instante, la gente dejó de cruzar la frontera en este lugar. Esa estrategia está funcionando”.
Abbott ha hecho de la aplicación de la ley de inmigración una prioridad para su administración, impulsando una agenda que incluye construir más barreras a lo largo de la frontera entre Texas y México, arrestar y procesar a los migrantes que cruzan el río Bravo por cargos estatales y demandar a la administración Biden por lo que el gobernador ha descrito como “las políticas de fronteras abiertas del presidente Joe Biden”.
Más críticas para Biden
Mientras tanto, la administración Biden ha enfrentado crecientes críticas de su propio partido por continuar expulsando a muchos migrantes bajo el Título 42, la orden de salud pandémica emitida bajo la administración Trump para enviar rápidamente a los migrantes a México o a sus países de origen sin la oportunidad de solicitar asilo.
Los defensores de los derechos de los inmigrantes y los legisladores también han criticado a Biden por el trato de los agentes de la Patrulla Fronteriza hacia los migrantes, después de que fotos y videos mostraron a los agentes a caballo arremetiendo y arreando a los migrantes que intentaban cruzar el Río Grande hacia Del Río.
El martes, el secretario del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS), Alejandro Mayorkas, tuiteó que su agencia, que supervisa la Patrulla Fronteriza, investigará las acciones de los agentes, y que involucrados han sido puestos en funciones administrativas.
“No están ejecutando sus otras tareas de aplicación de la ley y no están interactuando con otros migrantes en este momento durante la tramitación de la investigación”, publicó Mayorkas por medio de Twitter.
Trato inhumano
Los organizadores de Haitian Bridge Alliance, una organización sin fines de lucro con sede en San Diego que ayuda a los migrantes en Del Río con ropa, comida y refugio, criticaron al Gobierno por lo que ellos denominan un trato inhumano a los solicitantes de asilo.
“La administración Biden debe poner fin a esta violencia y arreglar el sistema de inmigración roto, al que se comprometieron durante la campaña”, exigió el grupo en un comunicado.
Haití fue golpeado por un terremoto de magnitud 7.2 en agosto, un mes después del asesinato del presidente: las últimas tragedias para un país golpeado por la inestabilidad política y la agitación. Muchos de los migrantes en Del Río habían vivido en Chile durante años después del devastador terremoto que azotó Haití en 2010, y luego recientemente hicieron el viaje a Texas.
Muchos de ellos dijeron que se fueron de Chile por el trato racista que sufrieron en el país sudamericano, y por la pandemia, ya que cerraron muchos puestos de trabajo.