Hace 78 años, el 6 de septiembre de 1943, en plena Segunda Guerra Mundial, al sureste de Inglaterra, nació George Roger Waters. Un niño que nunca imaginó que su destino era cambiar la vida de millones de personas con su talento: la música.
En 1965, junto a Syd Barrett formaron una de las bandas más icónicas e importantes en la historia de la música: Pink Floyd. La banda británica se ha vuelto de culto, y a pesar de tener más de 40 años, sus canciones siguen sonando en películas, radios, plataformas digitales o bien, siendo tarareada por cualquier persona en cualquier rincón del mundo.
Pero el talento y la influencia de Waters no sólo se quedó en el terreno musical ya que el británico se ha distinguido a lo largo de los años por su activismo, siempre preocupándose por la desigualdad, falta de oportunidades y por la corrupción e injusticia.
El padre de Roger era segundo teniente y murió en Italia durante la Segunda Guerra Mundial peleando contra los nazis. Hecho que marcó al musico de por vida ya que nunca pudo conocerlo.
“La pérdida de mi padre antes de que yo le conociera y el haber sido criado por una madre soltera y trabajadora, que luchó incansablemente por la igualdad y la justicia, coloreó mi vida e impulsó todo mi trabajo. Y, en este punto de mi viaje, me gusta pensar que rindo homenaje a mis padres cada vez que hablo en apoyo de las personas asediadas, denegadas de la libertad y justicia que creo que todos merecemos”. Menciona en una carta titulada ‘Por qué debo hablar sobre Israel, Palestina y el boicot’.