Ante un incremento sustancial en los casos de Covid-19 en El Paso, donde el viernes se reportaron los primeros tres casos de la peligrosa variante Delta del virus, Fort Bliss endureció sus medidas y restableció el uso obligatorio de cubrebocas para ingresar a sus instalaciones.
A través de un comunicado oficial, del cual obra una copia en poder de El Diario de El Paso, el personal militar y todos los demás que visiten Fort Bliss deben volver a usar máscaras en el interior de la base militar, señaló el comandante general.
La orden, redactada el viernes por la noche y publicada el sábado, entró en vigor de manera inmediata y cancela la directriz de finales de mayo que anulaba el uso de protección facial.
En la misiva, el general Sean Bernabe escribió: “Todos los miembros del Servicio, empleados federales, empleados de contratistas en el lugar y visitantes, independientemente del estado de vacunación, deben usar cubiertas faciales adecuadas dentro de todas las instalaciones públicas y de trabajo, así como en los vehículos gubernamentales en Fort Bliss”.
A pesar de estar ubicado entre Texas y Nuevo México, Fort Bliss se maneja por sus propias reglas internas. En Texas, el gobernador Greg Abbott prohibió la exigencia de cubrebocas a nivel estatal.
Bernabe indicó que las nuevas reglas se emitieron para seguir las nuevas pautas de los Centros para el Control de Enfermedades (CDC) publicadas a principios de esta semana y también debido a la evaluación de los CDC de que “el Condado de El Paso se considera un área de transmisión comunitaria sustancial para Covid-19”.
El viernes, los funcionarios de Salud Pública anunciaron que se habían confirmado tres casos de la variante Delta altamente infecciosas en El Paso, y una de esas infecciones provocó la hospitalización de una mujer. En Juárez, expertos en epidemiología detectaron por lo menos otros dos casos de la variante Delta, que según los CDC es tan contagiosa como la varicela.
Pentágono en disyuntiva
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, prometió que no perderá tiempo en la implementación de las nuevas pautas de vacunación y pruebas diagnósticas de coronavirus, pero los funcionarios del Pentágono buscan ahora cómo aplicar los cambios en la vasta población militar y definir cuáles unidades de la Guardia Nacional y la Reserva se verán afectadas por las órdenes.
El Pentágono tiene ahora dos misiones separadas relacionadas con el anuncio del presidente Joe Biden del jueves, que busca aumentar la vacunación en la fuerza laboral federal.
El Departamento de Defensa debe desarrollar planes para hacer la vacuna obligatoria para los miembros de las Fuerzas Armadas y establecer nuevos requerimientos para los empleados federales, que tendrán que demostrar vacunación o enfrentar pruebas frecuentes y restricciones de viajes.
Austin dijo el viernes que el Pentágono actuará con presteza, pero añadió que no puede pronosticar cuánto tiempo va a tomar. Dijo que planea consultar con profesionales médicos y líderes de los servicios militares.
Cualquier plan para hacer obligatorias las vacunaciones requerirá una excepción firmada por Biden, porque la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) no ha dado aún su aprobación final y formal a las vacunas existentes.
De acuerdo con la ley federal, sólo el presidente puede hacer excepcional el requisito de ofrecer a las personas la opción de aceptar o rechazar el uso de una vacuna para uso de emergencia y “sólo si el presidente determina por escrito que el cumplimiento de dicho requisito va en contra del interés de la seguridad nacional”.
Hacer obligatorias las vacunas antes de una aprobación por parte de la FDA casi seguramente desatará protestas de los opositores a las vacunaciones e involucraría a las Fuerzas Armadas en un debate político sobre lo que se ha vuelto un asunto sumamente polarizante en el país. (Con información de Associated Press)