Congresistas de Estados Unidos enviaron al presidente Joe Biden una carta en la cual le solicitaron participar en conversaciones diplomáticas con el mandatario de México, Andrés Manuel López Obrador, sobre supuestas violaciones al T-MEC en materia energética que afectan las inversiones. La misiva, señala que los cambios realizados por el gobierno de México consolidan sus políticas proteccionistas de energía y limita severamente el acceso de las empresas estadunidenses a los mercados de hidrocarburos y de fuentes renovables.
Los congresistas explicaron que las reformas constitucionales de 2013 permitieron la participación privada en el sector energético mexicano, por lo que se han realizado inversiones por miles de millones de dólares de Estados Unidos en infraestructura energética en México. En el documento mostraron su preocupación con el trato regulatorio preferencial hacia las compañías energéticas nacionales de México; Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE), y el retraso o cancelación de permisos para las compañías energéticas estadunidenses.
«El 1 de febrero de 2021, el presidente López Obrador reformó la Ley de la Industria Eléctrica. Esta reforma da preferencia al despacho a las plantas de energía menos eficiente y más contaminantes de la CFE. También elimina la competencia en el sector energético, que impacta negativamente las inversiones estadunidenses, aumentará los costos para los consumidores y fabricantes mexicanos y las emisiones de CO2 y SO2», expresaron.
Además, dijeron que el aumento en los costos de la energía en México impactará las cadenas de valor regionales, reduciendo la competitividad de América del Norte en un momento en que están enfocados en su recuperación económica. Añadieron que la reforma de la Ley de Hidrocarburos ejerce control discrecional sobre la distribución, almacenamiento, importación y exportación de combustibles y petróleo y la capacidad de suspender o revocar permisos en toda la cadena de valor de combustibles para favorecer indebidamente a Pemex.
«El Congreso Mexicano de la Unión también aprobó una nueva legislación que elimina la regulación asimétrica de Pemex, mientras que el sector privado ganó al menos un 30 por ciento de participación de mercado. Esta regulación temporal fue fundamental para facilitar la transición de un monopolio a un mercado de combustibles abierto». Los congresistas explicaron que dichos cambios a las regulaciones y la legislación establecen un campo de juego sin nivelar para los inversionistas privados frente a Pemex y CFE, y por lo tanto, crean incertidumbre para las empresas de energía estadunidenses, ya que dejan los activos operativos varados y amenazan la viabilidad de la inversión a largo plazo.