Víctimas de secuestros, extorsiones y amenazas en sus lugares de origen, familias mexicanas son actualmente los principales ocupantes de los albergues para migrantes en Ciudad Juárez.
Aunque los 20 espacios de acogida que existen en la ciudad alojan a cerca de mil personas de paises como Ecuador, Guatemala, Honduras, El Salvador, Brasil, Cuba y Haití, más de la mitad de las personas provienen del propio país, de estados como Guerrero y Michoacán, de acuerdo con sus directivos.
“La mitad de la población es mexicana, vienen de Guerrero, Zacatecas, Michoacán, el Estado de México, porque ha crecido mucho el crimen organizado, está incrementando la violencia y es muy triste. Es gente profesionista, gente preparada que tuvieron que huir porque fueron secuestrados”, informó ayer el sacerdote Javier Calvillo, director de la Casa del Migrante de Ciudad Juárez, en donde hasta ayer eran albergadas más de 100 personas.
El albergue Solus Christus, dirigido por el pastor Rodolfo Barraza, aloja actualmente a 52 personas de Ecuador, Honduras, Guatemala, Cuba y México.
“Han incrementado bastante los mexicanos, de tal manera que el sábado pasado no pude recibir a siete mexicanos que veían, porque ya está en sobrecupo el albergue, nuestra capacidad es para 50 y ya tenemos 52, ya no podemos meter más, pero hay mucho mexicano que está pidiendo asilo, vienen por violencia, principalmente de Michoacán y del estado de Guerrero”, relató Barraza.
El espacio que abrió sus puertas a las personas migrantes en febrero de 2019 ha recibido principalmente a familias de michoacanos, con padres e hijos, en situaciones de violencia “muy dificil”, lamentó el pastor.
“Algunos ya han pasado a Estados Unidos, tuve una familia de Michoacán de siete miembros, con un señor ya grande y dos de los miembros de su familia fueron secuestrados y pagaron miles de pesos de rescate, el señor dejó su tierra, agarró a su familia y se vino. Se vino él, sus dos hijas, su hijo y sus nietos, porque una de las hijas y uno de sus hijos fueron secuestrados. Y me decía: pastor, dejé mis tierras, vendí mi ganado, dejé mi casa, para sacar a mi familia”, narró.
En diciembre de 2019 Ciudad Juárez vivió la llegada de cientos de familias mexicanas, quienes permanecieron por semanas acampando junto a los puentes internacionales, mientras que en las últimas semanas se han vuelto a ver familias connacionales desplazadas por la violencia solicitando asilo politico en el puente interncional Paso del Norte- Santa Fe, pidiendo albergue en el gimnasio municipal Kiki Romero y en los distintos albergues de la ciudad.