El caso del priista Adrián de la Garza y la entrega de la tarjeta Mujer Fuerte en Nuevo León no es el primero que ocurre en campañas electorales.
Ningún partido ha estado exento de la entrega de tarjetas electrónicas como compromiso a cambio del voto, desde el PRI y el PAN, hasta aspirantes que ahora están en Morena, como la propia Clara Luz Flores, aspirante a la gubernatura de Nuevo León, quien ofrece una tarjeta de apoyo a mujeres en situación vulnerable.
En una publicación en su cuenta de tweeter del 8 de marzo, donde dio a conocer su plan de apoyo a las mujeres de esa entidad, promueve la «Tarjeta Nuevo León», un «programa de apoyo para mujeres en condiciones de vulnerabilidad económica».
Morena defendió la decisión de la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales pero no solo su candidata en Nuevo León hace la oferta de tarjetas electrónicas, antes, en 2011 lo hizo Alejandro Encinas en el estado de México cuando fue candidato por el PRD y apoyado por el hoy Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Más recientemente, Carlos Lomelí en Guadalajara, o Víctor Hugo Romo en la alcaldía Miguel Hidalgo en la contienda en curso.
Morena recurrió en este proceso electoral a la entrega de tarjetas en la alcaldía Miguel Hidalgo a mujeres en situación vulnerable.
Víctor Hugo Romo presentó la tarjeta violeta y aseguró que dará 170 mil tarjetas electrónicas.
Lo mismo ofrece, una vez que gane la elección, Carlos Lomelí en el ayuntamiento de Guadalajara, quien aunque no aclaró los montos, ofreció tarjetas que ofrecerán descuentos en productos de la canasta básica. La oferta se cumpliría solo si gana las elecciones del 6 de junio.
Además, el PAN en Baja California Sur, también ofrece tarjetas electrónicas que serán efectivas una vez ganada la elección.
Francisco Pelayo prometió a la ciudadanía la tarjeta Unidos Contigo, en apoyo a madres y adultos mayores.
La entrega de tarjetas desactivadas pero foliadas, se presentó por primera vez en 2011 en los estados de Michoacán, Coahuila y estado de México. Lo hicieron los priistas Fausto Vallejo, Rubén Moreira, Eruviel Ávila y Alejandro Encinas, quien compitió por el PRD, pero apoyado por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
En 2015 el PRI denunció al PAN en Colima, pues su candidato Jorge Luis Preciado repartía tarjetas en los que solicitaba datos de los electores.
Dos años después, en 2017, el priista Miguel Riquelme, hoy gobernador de Coahuila, entregó la tarjeta “mi monedero rosa”. Este hecho fue investigado y sancionado por el INE que determinó multar con 900 mil pesos al PRI- Verde y Nueva Alianza que encabezaron la coalición.
Sin embargo, la sanción fue echada abajo por el Tribunal Electoral bajo el argumento de que solo se trató de propaganda, y no hubo pago alguno a los votantes.
Casi seis años antes se registró, por primera vez la entrega de tarjetas. Fausto Vallejo entregó la tarjeta “la efe” en Michoacán; Rubén Moreira lanzó “más mejor” en Coahuila, mientras que en el estado de México, Alejandro Encinas, entregó “la cumplidora” y Eruviel Ávila, “la efectiva”, que sí tenía recursos para los potenciales votantes.
La campaña del priista reconoció haber gastado 134 millones de pesos entregados a través de “la efectiva”. Ese fue el antecedente del 2012 cuando el priista Enrique Peña Nieto entregó dinero a través de las tarjetas “Monex”.
El PRI admitió haber destinado 16 millones para la distribución de las tarjetas y 50 millones más para la entrega de dinero electrónico.
Este hecho fue uno de los argumentos de la impugnación de los resultados electorales que llevó Andrés Manuel López Obrador al Tribunal Electoral. Tres años después, en 2015, los magistrados decidieron no sancionar el uso de las tarjetas electrónicas, bajo el argumento de que eso no implicó la compra del voto.
En 2017, los priistas Alfredo del Mazo y Miguel Ángel Riquelme repartieron tarjetas rosas durante sus campañas. En el Estado de México, Del Mazo ofreció la tarjeta Salario Rosa, con las que prometía entregar, de ser electo, un apoyo bimestral de dos mil 400 pesos a mujeres dedicadas al trabajo del hogar en situación de pobreza.