Tras confesar el asesinato de su hijo de 2 años cuyo cuerpo sepultó en una casa abandonada del puerto de Guaymas, Jazmín Dayana fue condenada a 42 años de prisión en Sonora, mientras que extraoficialmente se dio a conocer que las autoridades buscan a su pareja como presunto cómplice.
Durante más de un año, la abuela materna del niño había luchado para que las autoridades de Chihuahua le otorgaran su custodia argumentando que su nieto corría riesgo ante las condiciones en las que vivía con su madre y su padrastro, ambos adictos a las drogas. Sin embargo, según denunció en sus redes sociales, ni la Procuraduría General de Justicia, ni la Fiscalía Especializada en Atención a Víctimas, ni los Centros de Justicia para Mujeres, ni el DIF de Chihuahua atendieron sus solicitudes para poner a salvo al niño de 2 años.
“Hace unos días fui a Chihuahua con la esperanza de encontrar su rastro y ayuda, soy nacida en el estado de Chihuahua, lastima que tengan tan poco corazón me desecharon como siempre lo hacen, DIF Chihuahua, Fiscalía Especializada, CEJUM Chihuahua”, publicó.
Fue en el mes de enero cuando el sujeto y la mujer de 23 años se mudaron de Ciudad Juárez a Guaymas llevando con ellos al pequeño Sebastiano Esra, pero el 17 de febrero la familia perdió contacto con ellos por lo que temiendo por su seguridad, la abuela materna y el padre biológico del niño se trasladaron a Sonora para buscarlos.
Tras interponer la denuncia por la probable desaparición o extravío, el día 25 del mismo mes la Fiscalía de Sonora activó el Protocolo Alba y difundió las fichas de búsqueda con las fotografías y las características físicas de Jazmín Dayana y de su hijo. En menos de 24 horas la joven fue localizada en unos departamentos de la colonia Adolfo López Mateos, al sur de la ciudad, pero estaba sola y no fue capaz de explicar la ausencia del bebé, por lo que fue asegurada de manera preventiva.
Tras realizar las investigaciones correspondientes, el Agente del Ministerio Público, elementos Agencia Ministerial de Investigación Criminal (AMIC) y personal de Servicios Periciales, realizaron un cateo en una casa abandonada ubicada muy cerca del departamento donde localizaron el cuerpo sin vida del niño, envuelto en una sábana y sepultado a 1.53 metros de profundidad.
Según el informe de la Fiscalía de Sonora, la autopsia reveló que Sebastiano Esra murió por traumatismo craneoencefálico severo y lesiones en su columna vertebral, las cuales fueron provocadas cuando su madre lo golpeó violentamente contra un escalón sólido. Finalmente, según las investigaciones, Jazmín Dayana dejó a su hijo dormido, sueño del que ya no despertó. La agresión fue perpetrada el 31 de enero pero fue hasta tres días después cuando la mujer sepultó el cuerpo del menor y durante 15 días más siguió en comunicación con sus familiares que seguían esperando les concedieran la custodia de Sebastiano Esra en Chihuahua.
“Hace un año llore igual impotencia demasiada (sic), podía ver la vida desordenada de mi hija y su tendencia a mentir. Sin embargo Dios le dio un angelito ¡y moví el cielo y la tierra para salvarlo!. No podía dejar la drogas. Sin embargo la ley y sus protocolos absurdos no dejaron que el niño más hermoso viviera con la familia que lo quería salvar”, lamentó la abuela materna tras conocer la noticia.
Ante las pruebas presentadas en su contra, Jazmín Dayana aceptó su culpabilidad y acompañada por su abogado defensor optó por el procedimiento abreviado por homicidio infantil e inhumación cometido en agravio de su hijo de 2 años, por lo que el Juez le dictó una sentencia que de 42 años de cárcel y 62 mil 734 pesos de multa.