Decenas de empresarios y colaboradores del gremio restaurantero se apostaron en la Plaza del Ángel para exigir su derecho a trabajar.
Con pancartas como «Todos los trabajos son esenciales», «Ya queremos trabajar», «Señor gobernador no me de nada, solo déjeme trabajar», «Nosotros lo hicimos bien», arribaron hasta el Centro Histórico.
La mayoría de los inconformes portó ropa negra, tomó su distancia y portó cubrebocas; además se les dotó de gel antibacterial.