Hoy es oficialmente el último día de la histórica campaña electoral entre Donald Trump y Joe Biden por la presidencia de Estados Unidos, donde ellos y sus propios equipos han mostrado sus visiones opuestas sobre diferentes temas que repercuten a la ciudadanía, entre ellos las protestas raciales, los casos de coronavirus, la política económica y las ayudas que se pretenden brindar.
La pandemia es, muy probablemente, uno de los temas que más preocupa en la actualidad a la comunidad estadunidense, la cual la ha llevado a ser la nación más afectada a nivel de contagios y muertes por covid-19.
Sin embargo, a la crisis sanitaria se suma también los casos de afroamericanos muertos y heridos tras incidentes con policías blancos, lo que ha desatado olas de protestas en diversas entidades, llegando incluso a la Casa Blanca, donde hasta hoy aún se encuentran personas realizando plantones frente a la sede de gobierno de Estados Unidos. Todas estas y otras situaciones posiblemente han llevado a más de 93 millones de personas a votar de forma anticipada en estas elecciones, las cuales son las más reñidas, aunque las opciones de Biden para conseguir los 270 votos del Colegio Electoral son más amplias, pese a que Trump apuesta a que un repentino entusiasmo de sus militantes se traducirá en votos.
La cifra de personas que ya votaron es inédita en la historia presidencial de ese país, aunque Trump ha pasado meses lanzando denuncias, sin ofrecer evidencia alguna, de que las elecciones podrían ser fraudulentas, y se ha negado a prometer una transición pacífica del poder en caso de que pierda. Tal como ha sido su tónica en estos últimos días de campaña, Trump participará varios mítines estatales, hoy son cinco, los cuales lo llevará desde Carolina del Norte hasta Wisconsin. Biden estará la mayoría del tiempo en Pensilvania donde si gana, Trump quedaría casi sin opciones para ganar. El demócrata pasará tiempo también en Ohio, una osada movida en un estado que el republicano ganó por 8 puntos porcentuales cuatro años atrás.
En las últimas horas de la campaña, ambos candidatos se acusaron mutuamente no ser aptos para ejercer la presidencia del país, y pintaron un cuadro apocalíptico de lo que será el futuro de la nación si su rival llegase a ganar. “Biden convertirá a este país en un campo de detención donde ustedes tendrán que estar confinados a sus casas mientras los amotinados ultraizquierdistas quedarán libres para saquear y quemar”, exclamó Trump ayer en un mitin en Iowa. Biden, por su parte, vaticinó que el país “está a punto de poner fin a una presidencia que ha avivado las llamas del odio”. “Cuando se escuche la voz del pueblo, el mensaje quedará claro: es hora de que Donald Trump empaque sus maletas y se vaya”, expresó Biden en Filadelfia, la ciudad más grande de Pensilvania, el estado que bien podría decidir la contienda. La campaña llega a su final en momentos en que la pandemia del coronavirus está en auge, al haber matado a más 231 mil personas en el país y haber dejado a unas 20 millones sin empleo. Ha sido un año extraordinario, en que Trump fue enjuiciado por el Congreso, la candidatura de Biden sufrió una dura prueba durante las primarias y la pandemia del coronavirus trastocó totalmente el panorama electoral.