El exsecretario de Seguridad Pública durante el sexenio de Felipe Calderón, Genaro García Luna, se declaró hoy no culpable de todos los cargos que se le imputan, en una audiencia caótica que incluso fue suspendida unos minutos por el juez Brian Cogan, después que varios reporteros mexicanos no hicieran caso de las peticiones de silenciar sus teléfonos y continuamente interrumpieran el inicio de la sesión.
La audiencia programada para este miércoles es para leer a García Luna la actualización de su acusación en Estados Unidos, que añade el cargo de pertenencia a una empresa criminal desde enero de 2001 con seis agravantes por distribución de alrededor de 53 mil kilogramos de cocaína, a los cuatro delitos imputados anteriormente (tres por narcotráfico y uno por falsedad declaratoria).
El exsecretario de Seguridad Pública se declaró no culpable de los cinco delitos de los que se le acusa en una corte de Estados Unidos, cargos que incluyen el liderazgo de una empresa criminal, narcotráfico y falsedad de declaración a agentes migratorios estadounidenses.
Sin embargo, la audiencia judicial, celebrada por teleconferencia por la pandemia de Covid-19, se convirtió en un caos. Desde el inicio se oían emisoras radiales mexicanas transmitiendo en vivo, periodistas que en español decían estar en las puertas de la corte de Nueva York diciendo información falsa sobre el procedimiento, y varios gritos y comentarios.
El juez Cogan, ya de por sí impaciente, sólo aguantó 10 minutos el escándalo. Múltiples interrupciones, gritos, música y toses de las decenas de personas que se habían conectado para escuchar el proceso judicial, tras conseguir el teléfono y código de conexión por su difusión en las redes sociales, le pusieron al borde del ataque de nervios. “He pedido a la prensa mexicana repetidamente que dejen de hablar en esta llamada”, dijo Cogan.
“Si no puedo continuar pararé esta llamada y emplazaré (la audiencia) para más tarde”, amenazó el juez, en una advertencia que no surtió el efecto esperado.
La asistente del juez intentó silenciar todas las líneas que no fueran las del juez, los fiscales, los abogados defensores y la intérprete que traducía para García Luna, pero desistió en el intento. Cogan decidió cortar tajantemente y cancelar la audiencia, informando a las partes que hablaría con ellos para reprogramar la audiencia y analizar cómo manejar el acceso futuro.
Ya con Cogan, abogados y fiscalía fuera de la llamada, se escuchó un grito de enojo de uno de los participantes, dirigido a aquellos que fueron incapaces de silenciar sus teléfonos y permitir que la audiencia se celebrara sin problema. “Chinguen a su madre”, se oyó.
Poco después, se anunció la reanudación de la sesión. Tras la declaración de no culpable, se fijó nueva fecha de audiencia para el 7 de diciembre.