La demanda de la vacuna contra la influenza ha aumentado este año, lo que ha llevado a que algunos países no puedan conseguirla, dijo Ann Moen, jefa de Preparación y Respuesta al padecimiento de la Organización Mundial de la Salud.
«De hecho, ha habido una mayor demanda y ahora estamos escuchando que los países que están tratando de obtener la vacuna contra la influenza no pueden hacerlo», afirmó ante periodista en Ginebra, Suiza.
La temporada del padecimiento en el hemisferio norte coincide este año con la pandemia de COVID-19, por lo que el Grupo Asesor Estratégico de Expertos en Inmunización (SAGE, por sus siglas en inglés) buscan emitir guías para que las autoridades sanitarias no se confundan al tratar dos padecimientos que son difíciles de diferenciar, agregó la doctora.
Ante dicha escasez, Moen recomendó que las vacunas contra la influenza sean aplicadas primero a los trabajadores de la salud y los adultos mayores.
Las mujeres embarazadas, niños y los adultos con condiciones médicas subyacentes, los otros tres grupos de riesgo identificados por SAGE, deben recibir la inyección contra la influenza «de la mejor manera posible para reducir la ocurrencia de casos».
Moen remarcó que esta vacuna no protege contra el virus SARS-CoV-2, pero al menos mantendrá a más personas fuera de los hospitales.
La doctora comentó que la influenza mata a entre 290 mil y 650 mil personas al año, y produce hasta mil millones de casos confirmados. Al año, se producen cerca de 500 millones de dosis.
«Hemos escuchado que nuestras asociaciones de la industria han podido aumentar algunos de los pedidos para algunos de los países y han hecho vacunas adicionales que han estado distribuyendo, pero en general parece que hay una demanda mayor que la cantidad de vacunas», señaló.