México es el segundo país latinoamericano con más casos de sarampión con un registro de 196 casos, sin embargo, este 2020 los casos han resurgido en distintos estados de la República Mexicana. Del total de casos, se estima que al menos el 69 por ciento no había recibido nunca una vacuna contra la enfermedad, a pesar que se encuentra de manera gratuita en el sistema público de salud nacional.
El aumento en el número de casos se debe, de acuerdo a Miriam Veras Godoy, directora general del Centro Nacional para Salud de la Infancia y la Adolescencia a que se bajó la guardia por parte de la población quien se confío y no vacunó a niños principalmente ya que no se habían presentado ya casos. «La gente decía ‘¿para qué vacunarnos?'». La especialista indicó que aunque no haya casos, la vacunación debe seguir para mantener el escudo de protección a los no vacunados.
En América Latina, Brasil ocupa el primer lugar con más casos de sarampión con 7 mil 856 casos mientras que en tercer lugar se encuentra Argentina con 61 casos.
El sarampión es una enfermedad sumamente contagiosa producida por un virus que se reproduce en la nariz y garganta de los niños o adultos infectados. El virus se esparce a través de las gotículas de saliva con sarampión tose, estornuda o habla, las gotas infectadas se expulsan al aire, donde otras personas pueden inhalarlas.
Se estima que una persona con sarampión puede contagiar entre 12 y 18 personas. Entre los factores de riesgo para el sarampión se encuentran el no estar vacunado, viajar a diferentes países y tener deficiencia de vitamina A, de acuerdo a Mayo Clinic.
Entre las complicaciones que puede causar el sarampión se encuentran:
Infección en los oídos, bronquitis, neumonía, encefalitis y problemas en el embarazo. No existe un tratamiento específico para la infección por sarampión establecida. No obstante, se pueden tomar algunas medidas para proteger a las personas vulnerables que se han expuesto al virus.
Sin embargo, la administración de la vacuna contra el sarampión a las personas no inmunizadas, incluidos los bebés, dentro de las 72 horas de ocurrida la exposición al virus del sarampión para que los proteja contra la enfermedad.
Las mujeres embarazadas, los bebés y las personas con sistemas inmunitarios debilitados que están expuestos al virus pueden recibir una inyección de proteínas (anticuerpos) llamada “inmunoglobulina sérica”.
También se suelen otorgar medicamentos para reducir la fiebre, antibióticos y vitamina A.
Con información de Debate