La violencia criminal no cedió ante la pandemia de COVID-19 en México, que en medio de la contingencia ha sido afectado por una serie de tiroteos con múltiples víctimas e inusuales ataques a funcionarios de alto rango.
Según expertos, los ataques en varias partes del país las últimas dos semanas se explicaban en parte por una mayor ferocidad de los grupos criminales por ganar el negocio de las drogas, entorpecido por el confinamiento, y por la añeja problemática de falta de castigo que México arrastra.
El último episodio ocurrió el miércoles, cuando un grupo armado causó la muerte de 28 personas tras irrumpir en un centro de rehabilitación de drogas irregular en la ciudad de Irapuato, estado de Guanajuato (centro), la entidad con más homicidios de México.
«Es un repunte muy notable de la violencia en el país, por supuesto», dijo el profesor investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, Javier Oliva.
El especialista en seguridad nacional expuso que la cifra de homicidios a escala nacional estaba este año en el pico más alto del que se tenga registro, pero además los criminales han mostrado en las últimas semanas peores niveles de desafío y cinismo.
En un hecho sin precedentes, hombres armados hirieron al secretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, Omar García Harfuch, en un ataque planeado a su vehículo blindado sobre una de las principales avenidas de la capital, en un barrio donde viven diplomáticos y empresarios.
El último episodio ocurrió el miércoles, cuando un grupo armado causó la muerte de 28 personas tras irrumpir en un centro de rehabilitación de drogas irregular en la ciudad de Irapuato, estado de Guanajuato (centro), la entidad con más homicidios de México.
«Es un repunte muy notable de la violencia en el país, por supuesto», dijo el profesor investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, Javier Oliva.
El especialista en seguridad nacional expuso que la cifra de homicidios a escala nacional estaba este año en el pico más alto del que se tenga registro, pero además los criminales han mostrado en las últimas semanas peores niveles de desafío y cinismo.
En un hecho sin precedentes, hombres armados hirieron al secretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, Omar García Harfuch, en un ataque planeado a su vehículo blindado sobre una de las principales avenidas de la capital, en un barrio donde viven diplomáticos y empresarios.
Cifras oficiales señalan que el número de homicidios a escala nacional aumentó los primeros cinco meses de este año en comparación con el mismo lapso de 2019, a pesar de que México comenzó medidas de confinamiento desde finales de marzo ante la propagación del COVID-19.
Entre enero y mayo fueron asesinadas 14.631 personas en el país, una cifra 3 por ciento mayor a los 14.169 homicidios ocurridos del mismo periodo de 2019, que cerró como el año con más muertes del que se tenga registro, según los datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
La suspensión de actividades no esenciales por la pandemia redujo la movilidad en muchas ciudades, pero los criminales siguieron con su ilícita operación, dijo el consultor en seguridad Samuel González.
«Si no abates la impunidad, la pandemia no genera el tema de inhibición por parte de los delincuentes», explicó González, quien es ex fiscal contra el crimen organizado.
La serie de hechos violentos ocurrió mientras México continúa lidiando con miles de nuevos casos y cientos de decesos reportados diario, además de una reanudación progresiva de actividades desde inicios de junio.
Con información de Debate