Cuba anunció el martes el envío de especialistas médicos a México como parte de una estrategia de la isla para apoyar a otras naciones a enfrentar el nuevo coronavirus, y en momentos en que las autoridades sanitarias regionales advierten que Latinoamérica aún está a algunas semanas de ver los picos de contagios.
El Director de Epidemiología de la isla, Francisco Durán, dijo que viajaron a México “10 colaboradores de salud”, pero sin especificar el destino exacto de estos o sus especialidades. El anuncio se dio un día después de que el Presidente mexicano dijera que estaban en pláticas, aunque sólo pediría el apoyo cubano en caso de que su sistema de salud se viera rebasado.
México, el vecino latinoamericano más grande de Cuba, era uno de los pocos gobiernos amigos que en estos años no formó parte de los programas de cooperación de especialistas médicos que la isla tiene con decenas otros países y que Estados Unidos buscó desprestigiar a toda costa.
Unos 600 doctores, enfermeros y técnicos de laboratorio salieron de urgencia en las dos últimas semanas a 15 países, entre ellos Andorra, Italia, Venezuela o Nicaragua ante la pandemia de COVD-19. Antes de esto, miles más ya estaban en unos 60 países con los que la isla firmó convenios de larga duración para atender a sectores pobres.
Ya en medio de la crisis por el coronavirus en varias partes del mundo, Estados Unidos intentó a finales de marzo de disuadir a los gobiernos de solicitar a Cuba el apoyo de sus doctores. Washington mantiene sanciones contra La Habana presionando por un cambio en su modelo político.
Los médicos cubanos ganaron fama durante el brote de ébola en África en 2014 y el prestigio que levantaron fue decisivo en el acercamiento diplomático impulsado por Barack Obama que ahora fue cortado por la administración del Presidente Donald Trump.
Apenas el lunes, López Obrador indicó que sí había pláticas con Cuba, pero desestimó la inminente llegada.
La Organización Panamericana de la Salud informó el martes que el pico de la enfermedad podría llegar a la región en un periodo de tres a seis semanas, por lo que los países deben reforzar sus medidas.
En Latinoamérica y el Caribe hay más de 33 mil 300 contagiados y han muerto más de mil 200 personas.
En Cuba, autoridades sanitarias por su parte informaron que los casos de COVID-19 en la isla llegaron a 396 este martes de los cuales fallecieron 11 personas –dos la víspera, incluyendo a una anciana de 101 años-. Entre los infectados se encuentra además un bebé de 55 días de nacido.
México, que elevó sus casos de contagio a 2 mil 785 con al menos 141 muertes, anunció más tarde el establecimiento de un puente aéreo con China para traer todo tipo de insumos desde el país asiático y cuyo primer vuelo tenía previsto aterrizar en Ciudad de México la noche del martes con artículos protección personal, guantes, cubrebocas N95, gorros y gafas protectoras.
Según explicó Hugo López-Gatell, vocero del Gobierno federal para la pandemia, este primer envío permitirá cubrir “prácticamente el 100 por ciento de los equipos de protección” del personal de sistema de salud pública.
En vuelos posteriores, llegarán ventiladores, monitores y otros equipos especializados que son resultado de las compras efectuadas por México en las últimas tres o cuatro semanas bajo una estricta revisión técnica.
En tanto, aumentaron los reclamos de los estados fronterizos donde se acumulan nacionales deportados y migrantes centroamericanos tanto que van a Estados Unidos o que han sido retornados desde este país.
Los miedos en el tema migratorio es que pueda llegar gente contagiada desde Estados Unidos -donde hay más de 370 mil casos y han muerto más de 11 mil 800 personas- y que el hacinamiento en albergues pueda poner en peligro a muchas personas.