Del total de policías asesinados, 219 eran policías municipales, 178 estatales y 18 federales. De los últimos, 5 pertenecían ya a la Guardia Nacional.
De continuar esa tendencia, al cierre de este año sumarán 435 agentes asesinados, cifra superior a los 421 registrados en 2018.
Los estados de Guanajuato, Michoacán, Chihuahua, Jalisco, Guerrero, Sonora, Edomex, Puebla, Oaxaca y la Ciudad de México concentran el 69 por ciento del total de crímenes, con 288 casos.
Guanajuato lidera la lista de policías asesinados con 64 policías asesinados, entre ellos los siete agentes que el pasado miércoles por la noche fueron ultimados tras un ataque y plagio ocurrido en instalaciones municipales de Villagrán.
En ese municipio se ubica Santa Rosa de Lima, donde a principios de marzo de este año las fuerzas federales y estatales lanzaron el operativo “Golpe de Timón” para intentar detener a José Antonio Yépez, “El Marro”, presunto líder del robo de combustible en la región.
En la lista de entidades con más policías asesinados le sigue Michoacán, con 39; Chihuahua, con 31; Jalisco, con 29; Guerrero, con 25; Sonora y Edomex, con 23 cada uno; Puebla y CDMX con 19 cada uno; y, por último, Oaxaca, con 16 crímenes.
Michoacán registró un aumento de 143 por ciento, pues en 2018 tuvo 16 asesinatos de policías; en Sonora el incremento fue de 109 por ciento, pues en el mismo periodo del año pasado reportó 11 casos.
Entre los municipios donde ocurrieron más bajas se encuentra Aguililla, Michoacán, donde fueron asesinados 13 policías en una emboscada el pasado 14 de octubre y le sigue Acapulco, donde en casos diferentes murieron 12 agentes.
Los asesinatos de elementos policiacos en el País se explican por su exposición al crimen con carencias en armamento, entrenamiento y protocolos de actuación, afirmaron especialistas.
“Tenemos instituciones de seguridad y procuración de justicia y de reinserción social que están colapsando”, consideró David Blanc Murguía, especialista en temas de seguridad.
“No es síntoma de policías, es un tema de impunidad a nivel nacional. Como no hay consecuencias, es muy fácil matar en México”, agregó.
Además de prevenir y perseguir el delito, los agentes también deben cuidarse de las organizaciones criminales que, con mejor armamento, operan en prácticamente todo el País.
Para Ernesto Cárdenas, director del área de justicia penal y derechos humanos del Instituto para la Seguridad y Democracia (Insyde), el Estado ha minimizado su responsabilidad de blindar a los elementos que actúan contra delitos, desde menores hasta narcotráfico.
“Hay una responsabilidad del Estado en cuanto al equipamiento y entrenamiento de las policías que define la ley, define las funciones, pero también el Estado está obligado a darles el equipamiento adecuado”, explicó en entrevista.