Tras el sangriento ataque donde miembros de la familia LeBarón fueron emboscados y asesinados por un grupo armado en los límites de Chihuahua y Sonora, han salido a la luz más detalles sobre los momentos de terror que vivieron las víctimas.
Kendra Miller, prima de las víctimas, difundió a través de Facebook estremecedores detalles relatados por los menores que lograron sobrevivir a la brutal emboscada donde al menos tres mujeres y seis menores fueron asesinados.
Miller detalló que la mañana del lunes 4 de noviembre, salieron del rancho de La Mora (Sonora), donde la pequeña comunidad de mormones se encuentra asentada, tres madres con 14 menores a bordo de tres vehículos. Dos de las mujeres se dirigían a visitar familiares en Chihuahua, mientras que la otra recogería a su esposo en el aeropuerto de Phoenix, Arizona.
Las madres eran Rhonita Miller, de 30 años, Christina Langford, de 29 años, y Dawna Langford, de 43.
Sin embargo, ninguna de ellas pudo llegar a su destino, pues fueron emboscadas y asesinadas a sangre fría por un grupo de sujetos armados junto a varios de sus hijos.
El primer vehículo que fue alcanzado por las balas fue en el que Rhonita viajaba con sus hijos Howard Jacob Miller, de 12 años, Krystal Bellaine Miller, de diez años, y los gemelos Titus Alvin Miller y Tiana Gricel Miller, de ocho meses. Todos ellos fueron acribilliados y calcinados luego de que el tanque de gasolina de la camioneta fuera baleado y esta se prendiera en llamas. Ellos y el vehículo quedaron completamente calcinados, con una de las puertas abiertas, quizá en un intento vano de escapar del infierno.
Después de asesinar a Rhonita y sus hijos, los asesinos fueron tras los otros dos autos donde viajaban Christina, Dawna y los hijos de ambas. Los alcanzaron a unos 16 kilómetros. Christina Longford escondió a su bebé de siete meses, Faith Marie Johnson, en el piso de la camioneta y salió con las manos en alto pidiendo clemencia, haciéndoles saber que había niños indefensos, pero le dispararon a quemarropa junto a Dawna y dos de sus hijos.
Mientras las mujeres eran acribilliadas, algunos de los niños lograron descender de las camionetas y huir corriendo del lugar. Uno de los mayores, Devin, de 13 años de edad, logró esconder a seis de sus hermanos entre los matorrales y los cubrió con ramas, luego se dirigió a pedir ayuda a La Mora.
Al ver que su hermano no regresaba, Mackenzie, de nueve años, dejó a sus cinco hermanitos para buscar ayuda.
Devin llegó a La Mora a las 5:30 pm, seis horas después del ataque, mientras que Mackenzie fue hallada deambulando y herida de bala en un brazo a 14 kilómetros del lugar alrededor de las 9:30 pm.
El activista Julián LeBarón detalló que algunos de los menores sobrevivientes se encuentran heridos:
El pequeño hijo de Dawna de un año tiene un disparo en el pecho, otro tiene un disparo en la boca, algunos más en los brazos».
Los tíos de Devin tomaron sus armas y se trasladaron al lugar del ataque en busca de sobrevivientes, pero tuvieron que suspender la tarea y aguardar refuerzos al escuchar balazos por horas en las montañas cercanas a La Mora, sabiendo que se exponían a morir y no poder ser de ayuda.
Hacia las 7:30 pm, llegaron al lugar y encontraron a los niños escondidos. Milagrosamente, también encontraron a la bebé de Christina ilesa dentro del auto acribillado; su madre la había resguardado poniéndola en el piso.
Con información de DEBATE