Es verdad que había muchos menores de edad estudiando en el Colegio Militar, pero no todos los niños héroes eran tan jóvenes. Francisco Márquez tenía 12 años al momento de su muerte, Vicente Suárez 14, Fernando Montes de Oca y Agustín Melgar 18, Juan de la Barrera 19 y Juan Escutia 20. Por lo que muchos expertos cuestionan que a estos personajes se les llame «niños».
También es cierto que estudiantes se quedaron en Chapultepec antes de la llegada del ejército Norteamericano, aunque algunos historiadores difieren sobre la razón. Algunos han mencionado que no les dio tiempo de marcharse y otros más que estaban castigados.
Al reducir a seis personajes la batalla que se vivió el 16 de septiembre se puede olvidar que hubo otros cientos de militares que también dieron su vida por México, ha declarado el historiador Alejandro Rosas. Hubo 800 soldados, 400 hombres del batallón activo de San Blas y 500 cadetes del Colegio Militar.
El 13 de septiembre la amenaza de invadir el Castillo de Chapultepec se hizo realidad. Los involucrados defendieron con su vida el cerro del Chapulín. Muchos murieron en el enfrentamiento y otros más al ver que la batalla estaba perdida, huyeron. También algunos soldados fueron apresados por el ejército norteamericano.
Sin embargo, lo que no real fue el salto al vacío de Juan Escutia y la bandera de México. De hecho, tampoco es cierto que era estudiante del Colegio Militar. La verdadera historia es que fue tomada por los estadounidenses quienes la devolvieron al país en el sexenio de José López Portillo.
Después del enfrentamiento y de la guerra que duró un año en la que México perdió casi la mitad de su territorio, los cadetes militares fueron reconocidos pero sin darle ningún protagonismo a los seis que hoy son recordados.
En 1848, un año después del enfrentamiento, Ramón Alcaráz en su obra Apuntes para la guerra entre México y los Estados Unidos mencionó a algunos cadetes militares que participaron en el enfrentamiento. Un año después, Santiago Hernández fue el encargado de darle un rostro a los Niños Héroes. Él fue uno de los cadetes que defendió al Castillo de Chapultepec, y después se convirtió en un caricaturista y crítico del gobierno.
Dibujó al óleo los retratos de seis estudiantes que después serían identificados con los nombres de los seis cadetes homenajeados. Tres años después Mariano Monteverde recordó a los héroes del 13 de septiembre como «niños».
Así, poco a poco se fue esbozando la figura protagónica de los seis combatientes. El primer presidente en querer recordarlos de manera oficial fue Benito Juárez. En 1871 decretó en luto nacional la fecha en la que se llevó a cabo la batalla.
Después la historia de los Niños Héroes fue un poco olvidada hasta que llegó el gobierno de Miguel Alemán. El presidente que dirigió el país de 1946 a 1952 invitó al presidente de Estados Unidos en marzo de 1947. Harry Truman legó al país en la conmemoración de los 100 años del conflicto entre ambos países.
El mandatario estadounidense colocó un arreglo floral en el monumento de los Niños Héroes que ya estaba construido en Chapultepec. Sin embargo, este acto no fue del agrado de muchos mexicanos quienes al día siguiente tiraron las flores y se manifestaron en contra de la visita oficial.
Las críticas contra el presidente fueron muchas, hasta que días después Alemán Valdés anunció que se habían encontrado los restos de los seis héroes en los Ahuehuetes de Miramón. No hubo pruebas que avalaran que en realidad pertenecieron a los cadetes, pero ayudó a que el mito se fortificara.