«Un tesoro de la información científica», así fue como expertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) calificaron el más reciente hallazgo hecho en la cueva Balamkú de Chichén Itzá.
Especialistas del proyecto GAM (Gran Acuífero Maya) del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) descubrieron cientos de artefactos arqueológicos en Balamkú (Dios Jaguar), un santuario subterráneo de Chichén Itzá, Yucatán, hallado hace más de 50 años.
Se trata de más de 200 incensarios tipo Tláloc, así como braseros, vasijas, cajetes, malacates y metates miniatura que forman parte de siete ofrendas de la cueva Balamkú, ubicada a 2.7 kilómetros al este de la Pirámide de El Castillo o Templo de Kukulcán, en Chichen Itzá.
Se estima que podrían corresponder al Clásico Tardío (700-800 d.C.) y Clásico Terminal (800-1000 d.C). Los especialistas creen que el espacio fue utilizado al menos durante estos periodos.
El lugar se ubica a 24 metros de profundidad justo al este de la pirámide El Castillo o Templo de Kukulcán y aunque fue descubierto fortuitamente hace medio siglo por ejidatarios, a pocos días fue cerrado con un montículo de piedras.