Miles de migrantes centroamericanos están preparándose para una larga espera en un albergue abarrotado y sucio, mientras que un pequeño número ha optado por regresar a su hogar después de enfrentamientos con las fuerzas fronterizas que golpearon sus esperanzas de cruzar.
Hombres, mujeres y niños desastrados de una caravana de migrantes, en su mayoría hondureños, comenzaron a atiborrarse en un complejo deportivo en Tijuana desde hace unas tres semanas.
Ya superan los seis mil en un espacio que el Gobierno de la ciudad originalmente preparó para una tercera parte.
Quienes buscan asilo en Estados Unidos han comenzando a darse cuenta que tendrán que permanecer en la ciudad fronteriza mexicana durante meses y 350 migrantes han pedido a las autoridades que los ayuden a regresar a casa.
Para buscar asilo, los migrantes primero deben registrarse en una lista de espera para ver a funcionarios de la frontera de Estados Unidos. La lista ya tenía un retraso de semanas antes de que llegara la caravana. Además de la incertidumbre, las conversaciones entre Estados Unidos y México apuntan a mantener a los migrantes en México por más tiempo.
Un grupo de migrantes pertenecientes a la caravana han puesto a consideración del grupo una huelga de hambre para pedir a autoridades de Estados Unidos sean recibidas sus peticiones de asilo político.