Hace dos semanas, Walmart le pidió al gobierno de Donald Trump deshacer su plan para ponerle aranceles a las luces de Navidad, al shampú, comida para perros, equipajes, colchones, carteras de mano, mochilas, aspiradoras, bicicletas, parrillas para cocinar, cables y acondicionadores de aire.
En una carta al representante comercial de Estados Unidos Robert Lighthizer, la compañía dijo que expandir los aranceles a las importaciones chinas podría afectar a sus clientes, sus proveedores y a la economía del país.
“El impacto inmediato será aumentar los precios en los consumidores e imponer impuestos a las empresas y fabricantes estadounidenses», dijo Walmart.
El gobierno no se conmovió. Este lunes, continuó con el 10% de los aranceles a esos productos y 200.000 millones de dólares en otras importaciones de China. Los aranceles, que entrarán en efecto la próxima semana, aumentarán un 25% al final del año.
La última ronda de aranceles lleva la guerra comercial entre Estados Unidos y China directamente a Walmart, el minorista más grande del país, y afecta productos del día a día.